
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, sigue insistiendo en su disposición sobre aceptarque el Parlamento restablezca la pena de muerte, abolida en 2002, como reacción al Golpe de Estado fallido del pasado fin de semana.
En una entrevista, Erdogan indicó que el levantamiento militar ha sido “un claro crimen de traición”.
“Pero por supuesto será necesaria una decisión parlamentaria para pasar a la acción en forma de una medida constitucional. Así, los líderes (políticos) tendrán que reunirse y discutirlo, y si ellos aceptan discutirlo, yo, como presidente, aprobaré cualquier decisión que salga del Parlamento”, señaló el jefe del Estado.
También el primer ministro, Binali Yildirim, se refirió a esa posibilidad.
“Turquía es un Estado de derecho. La gente lo pidió a gritos (la pena de muerte) en las calles. Hacemos política para realizar las peticiones de la gente”, dijo el jefe del Ejecutivo.
El jefe del Gobierno sí aseguró que una decisión así no puede tomarse con “la excitación de estos días” y que es un tema que debe debatirse en el Parlamento.
“No podemos decir ni sí ni no por adelantado”, señaló.
La pena capital en tiempo de paz fue abolida por el Parlamento turco en agosto de 2002 y dos años después fue descartada también su aplicación por la legislación militar y en casos excepcionales, como periodos de guerra o delitos de terrorismo.
UE contraría la posibilidad
La Unión Europea y la ONU se han manifestado contrarios a la posibilidad de la pena capital y han advertido a Turquía de las consecuencias que podría tener aplicar de nuevo la pena de muerte en el país.
La alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, indicó en una rueda de prensa que en el organismo “consideramos a Turquía como un socio”, luego de un consejo en el que se debatió la situación de Ankara y se recordó su compromiso con la pena de muerte.
Los ministros asistentes al consejo subrayaron a Turquía la necesidad de “respetar la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales, y el derecho de todo el mundo a un juicio justo”, cuando ascienden ya a más de 7.500 los detenidos tras el fallido golpe del pasado viernes, entre ellos unos 6.000 militares, 100 policías, 755 jueces y fiscales, así como 650 civiles.
Así, recordaron a Turquía sus compromisos contra la pena de muerte adquiridos como miembro del Consejo de Europa, y de que “el rechazo inequívoco de la pena de muerte es un elemento esencial del acervo comunitario”, en tanto que el país candidato a entrar en la UE.
El comisario para la Política Europea de Vecindad y Negociaciones para la Ampliación, Johannes Hahn, fue más allá y subrayó, ante la fulminante destitución de cerca de 3.000 jueces, que “las listas, que ya estaban disponibles justo después de este acontecimiento, indican que algo estaba preparado, que en cierto momento tendrían que ser utilizadas”.
Los ministros también abordaron la cuestión turca, entre otras, en un desayuno informal con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, quien volvió a instar a Turquía a presentar “pruebas y no acusaciones” de que el predicador islamista Fethullah Gülen esté detrás del fallido golpe para pedir su extradición, a la vez que recalcó que, de momento, no ha recibido ninguna solicitud oficial.
La ONU también lo rechaza
Por otra parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a lasautoridades turcas a actuar con responsabilidad y a proteger el Estado de derecho al tiempo que pidió al país que no restablezca la pena de muerte.
“Tomamos nota de que el primer ministro y otros representantes de las autoridades turcas han reafirmado la preeminencia del Estado de derecho y la necesidad de actuar responsablemente y esperamos que esa sea la consigna”, dijo en una conferencia Farhan Haq, portavoz adjunto de Ban Ki-moon.
Haq subrayó que el orden constitucional debe ser “plenamente preservado de acuerdo con los principios de democracia y derechos fundamentales, incluido con un respeto total de la libertad de expresión y asamblea y respetando el debido proceso legal”.
“Estos pasos serán clave para ayudar a preservar la democracia de Turquía y su estabilidad futura”, dijo el portavoz que además reiteró el llamamiento de la organización a la “calma, no violencia y moderación” a todas las partes y aseguró que la ONU apoya firmemente a Turquía y su democracia “en este momento difícil”.
Vía NAD / www.diariorepublica.com