La alianza conformada por 12 países de la región: Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) le ganó la pulseada a la Organización de Estados Americanos (OEA) en el tema Venezuela. Serán los suramericanos quienes pongan su mirada en la crisis política del país y acompañen los procesos de paz, según se acordó en la reunión de cancilleres la semana pasada.
De esta manera la Unasur, que fue constituida en el 2008 y recién se encuentra en funciones desde 2011, le roba el protagonismo al coloso americano integrado por 35 países (incluidos Estados Unidos y Canadá), con más de 66 años de vigencia, pero muy cuestionado en su credibilidad por algunos de sus miembros debido a que, según han dicho algunos voceros, se ha dedicado a proteger los intereses de EE UU, su mayor financista.
En las dos instancias se discutió el tema de las manifestaciones que se desarrollan desde hace más de un mes y en ambas la mayoría de las naciones condenaron la violencia y aprobaron la no intervención en asuntos internos.
“Las sesiones de la OEA terminaron en una aplastante derrota para EE UU, Canadá y Panamá; esta derrota quedó asegurada por las decisiones de los países de la Unasur que convinieron todos en rechazar la violencia, que ha recibido dos palizas consecutivas, queda claro que no se aceptarán injerencias extranjeras”, intervino el analista político y abogado, Luis Britto García.
El propio Gobierno venezolano pidió que fuera Unasur, y no la OEA, quien se pronunciara sobre la situación en el país, en parte por considerar que “es más eficiente”, en palabras del canciller venezolano, Elías Jaua. Sin embargo, el tema fue llevado a la mesa del Consejo Permanente por Panamá y al final se emitió una declaración de solidaridad con el país con 29 votos a favor y tres en contra (EE UU, Canadá y Panamá).
Pero en el caso de la Unasur ésta fue más allá y acordó enviar una comisión de cancilleres, lo que algunos sectores de oposición han criticado por considerar que se trata igualmente de injerencia, tan cuestionada por el Gobierno.
Britto García defiende la visita que harán al país los representantes de Unasur diciendo que se trata de un acompañamiento, “propuesta enteramente distinta a la planteada por la OEA, que pretendía suplantar al Gobierno democrático en el debate. El Gobierno de Colombia le pidió a Venezuela que participara en los diálogos de paz y eso no significa injerencia. Perfectamente es pensable una colaboración de la Unasur”, sostuvo el analista.
La opinión de Britto coincide con el analista Fernando Giraldo, catedrático de relaciones exteriores de la Universidad Militar de Colombia, que descarta un “intervencionismo” por parte de Unasur porque el propio Gobierno venezolano solicitó a los países del sur que participen y le acompañen, ya sea como mediador, o simplemente como observador”.
Giraldo agregó que la acción de la Unasur “tiene que ver con juegos estratégicos a nivel internacional en los cuales también participa Venezuela, porque la mayoría de los miembros o están neutralizados en relación al régimen venezolano, o son proclives al Gobierno, y otros son adversarios, pero mayoritariamente Unasur trata de mantener una posición mucho menos adversa al Gobierno venezolano. Además, la OEA es un organismo que ha perdido mucho prestigio y capacidad de margen de maniobra en los problemas internacionales de América”.
Por su parte, Miguel Tinker Salas, profesor de la Universidad de Pomona, en EE UU, dijo que en la OEA “se buscaba una acción punitiva contra Venezuela, y en Unasur se dejó claro la solidaridad y respeto a la soberanía”.
Será la primera semana de abril cuando la comisión de cancilleres llegue al país.
Vía Panorama