
La Comisión de Estudio sobre el Diaiconado de la Mujer, instituida por el Papa Francisco, ha concluido su trabajo con una votación decisiva de siete a uno en contra de la ordenación diaconal de mujeres en la Iglesia Católica. El informe, cuyos resultados fueron hechos públicos hoy por la Oficina de Prensa del Vaticano, señala que la investigación histórica y teológica actual «excluye la posibilidad» de esta admisión.
El contundente resultado representa un revés para los grupos de mujeres católicas y teólogos que esperaban un avance en la participación femenina en el ministerio ordenado. La decisión se basa en una exhaustiva evaluación del papel de las diaconisas en la Iglesia primitiva y su compatibilidad con el sacramento del orden en la actualidad.
Investigación sólida, Juicio no definitivo
A pesar de la negativa en la votación, la Comisión adoptó un tono matizado al describir sus hallazgos. El documento oficial reconoce que, si bien la evaluación ha sido «sólida», los resultados «no permiten, a día de hoy, formular un juicio definitivo» sobre el asunto. Por ello, la Comisión ha recomendado encarecidamente la continuación de un estudio más profundo sobre el papel de las mujeres en las primeras comunidades cristianas.
Esta es la segunda comisión creada por el Papa Francisco para abordar esta compleja cuestión teológica. Al igual que la anterior, esta instancia fue convocada para ofrecer una perspectiva histórica y canónica sobre si las mujeres podrían servir como diáconos, quienes son ordenados al igual que los sacerdotes, pero no están facultados para celebrar la Eucaristía. El diaconado es un ministerio de servicio, caridad y proclamación de la Palabra.
Reacciones y el futuro del debate
La publicación de estos resultados reavivará el debate sobre el papel de la mujer en la jerarquía eclesiástica. La decisión negativa es vista por algunos como una reafirmación de la tradición canónica que reserva el sacramento del orden a los varones. Sin embargo, para movimientos reformistas, la recomendación de continuar el estudio deja una «puerta entreabierta» para futuras deliberaciones.
El informe subraya la necesidad de distinguir claramente entre el diaconado femenino histórico, cuyo alcance y naturaleza han sido objeto de intenso debate académico, y el diaconado masculino permanente restaurado tras el Concilio Vaticano II. La Iglesia deberá ahora considerar cómo integrar la recomendación de «estudio más profundo» en los dicasterios competentes, manteniendo viva la discusión sobre la vocación de la mujer en el seno de la fe.
La decisión de la Comisión subraya la cautela teológica del Vaticano, que busca evitar cualquier desarrollo doctrinal que pudiera comprometer la naturaleza sacramental del orden. La pelota queda ahora en el tejado de la Curia Romana y del Pontífice, quienes determinarán los próximos pasos para esclarecer este histórico y fundamental debate.
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