El Gobierno de Venezuela y la oposición comenzarán este viernes una segunda fase de diálogo, que se prolongará hasta el próximo lunes, tras la decisión adoptada por la mayoría del bloque antichavista de acudir a las urnas por primera vez desde 2018. La primera ronda terminó el pasado 16 de agosto en México, sede de la negociación, con un avance incierto en el que las delegaciones firmaron un memorando de entendimiento que fue cuestionado por algunos sectores de oposición.
En este sentido, la delegación oficialista dará prioriadad al tema económico-social centrado en la exigencia de que la oposición impulse la eliminación de las sanciones económicas y el bolqueo del uso de recursos del Estado represados en otros países para que el Gobierno pueda atender temas de índole social como el de la vacunación y otros aspectos de preponderancia que se pueden ir solventando con el uso de esos recursos represados, entre ellos el tema del combustible, la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional, la inversión en el sector productivo, los programas sociales, entre otros. El Gobierno no cederá en esa agenda que considera vital.
Así lo ratificó el presidente de la Asamblea Nacional (AN) y jefe de la delegación oficial en el diálogo en México, Jorge Rodríguez: «Nosotros llegaremos con algunas propuestas bien definidas, sobre todo enfocadas en los aspectos económico y social, y en la atención del pueblo de Venezuela”, indicó en entrevista exclusiva para teleSUR, y añadió que el memorando de entendimiento firmado por las partes signará la ruta de las próximas conversaciones.
Además, riteró que la devolución de los recursos venezolanos que están bloqueados en el extranjero será crucial para poder solventar las necesidades de la población, principal beneficiaria en este proceso de diálogo y entendimiento.
Pero, ¿hay puntos en consenso?
Eh allí la gran pregunta, porque del lado opositor el discurso sigue siendo el mismo «elecciones libres y democráticas» algo a lo cual ellos deben especificar a qué se están refiriendo, pues, el Estado ha dado pasos importantes en esa materia. Por una parte la conformación de un CNE más confiable y con miembros de la oposición en altos cargos, la celebración de unas megaelecciones regionales donde se escogerán a los representantes de los cargos de responsabilidad política: Gobernaciones, Alcaldías, Asambleas Legislativas y Consejos Municipales, para las cuales participará casi la totalidad del sector oposición.
Sin embargo, sigue habiendo el planteamiento de la celebración por adelantado de unas elecciones presidenciales o la convocatoria a un referéndum revocatorio al mandato del presidente Nicolás Maduro, dos aspectos que tienen sus fechas constitucionalmente delimitadas y a lo cual el Gobierno no estaría dispuesto a negociar.
Por otra parte, la oposición pedirá la liberación de los presos políticos, que se terminen de habilitar todos los partidos de la fuerza opositora para participar en los comicios regionales y los venideros, que se permita la canalización de la ayuda humanitaria para Venezuela y que se incluya al empresariado en las jornadas de inmunización contra el COVID-19, son entre otros los puntos a tratar dentro de esta agenda.
Del memo de entendimiento
El día 16 de agosto se instaló la mesa de diálogo de forma oficial en la ciudad de México con la mediación del país anfitrión y la delegación de Noruega. Allí se firmó un memorándum de entendimiento y una agenda que contempla los siguientes puntos a tratar:
– Derechos políticos para todos.
– Garantías electorales para todos/Cronograma electoral para elecciones observables.
– Levantamiento de las sanciones y restauración de derecho a activos.
– Respeto al Estado constitucional de derecho.
– Convivencia política y social. Renuncia a la violencia. Reparación de las víctimas.
– Protección de la economía nacional y medidas de protección social al pueblo.
– Garantías de implementación, seguimiento y verificación de lo acordado.
Este jueves, el Grupo Internacional de Contacto celebró el inicio de las negociaciones y consideró que el proceso “puede sentar las bases de una salida pactada a la crisis venezolana”. Invitó a oficialismo y oposición, asimismo, a participar en el diálogo “de forma constructiva y de buena fe”.
“La única salida de la crisis que atraviesa Venezuela es la negociación política y la organización de elecciones creíbles, libres y transparentes”, expresaron los integrantes del Grupo Internacional de Contacto: Alemania, Chile, Costa Rica, Ecuador, España, Francia, Italia, Países Bajos, Panamá, Portugal, República Dominicana, Suecia, Unión Europea y Uruguay.
Participación por demanda
Las exigencias de Maduro previas a la segunda ronda de negociaciones no tendrán mayor impacto si su gobierno no da concesiones democráticas en México, según el director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, el abogado Benigno Alarcón Deza.
“El Gobierno va a querer mucho a cambio de cualquier concesión que haga y creo que la comunidad internacional también va a querer garantías propiamente dichas, a cambio de cada concesión. Y ahí es justamente que entran las palabras mágicas del jefe de la facilitación de Noruega”.
Alarcón Deza se refiere al discurso de Dag Nylander, jefe del equipo facilitador del Reino de Noruega, quien mencionó que el diálogo de México se rige por el principio de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”, sin descartar la posibilidad de acuerdos parciales si favorecen ese proceso.
El retorno de la oposición a las elecciones en un contexto de negociaciones viene también impulsado por la presión de las bases de los cuatro principales partidos de esa plataforma, opina el politólogo y psicólogo social, Ricardo Sucre Heredia.
“Las bases de los partidos del G4 demandan participar. Son estructuras políticas en estados donde las gobernaciones y alcaldías son importantes y es la naturaleza de la lucha política en el sentido de competir, tener espacios, presentar sus propuestas y considero que esas bases presionan a los liderazgos que están con una estrategia más distante de la realidad”, con una población imbuida por una crisis social y económica aguda, dice a la VOA.
No considera que la legitimidad de Maduro, a quien Guaidó y sus aliados llaman usurpador de la presidencia desde enero de 2019, dependa de esa participación.
“Para el mundo, ya Maduro tiene su condición (de presidente). La legitimidad es la creencia que tienen las personas de ser mandadas y ellos obedecer por una autoridad que ellos consideran”, apunta el también docente universitario.
El memorando de entendimiento firmado el 13 de agosto entre las partes, también con el acompañamiento de los gobiernos de Rusia y Países Bajos, incluye una agenda de siete puntos, centrada en derechos políticos, las garantías electorales y el levantamiento de sanciones económicas contra el gobierno.
www.diariorepublica.com
Via NAM/Diario Republica