A continuación reproducimos una de las últimas entrevistas que el fallecido productor de la televisión venezolana Joaquín Riviera concedió al portal Informe21.com. Este es el texto íntegro del trabajo realizado por Aquilino José Mata:
Único en su especialidad. De esta manera, sin temor a caer en exageraciones, puede ser calificado Joaquín Riviera en el ámbito de la producción de grandes musicales en la televisión venezolana. Hasta ahora no ha habido nadie que haya igualado la pericia, conocimiento, creatividad y don de organizador de este hombre que, año tras año, tiene a su cargo uno de los programas de mayor rating nacional: la elección de Miss Venezuela. Sus habilidades en esta faceta comenzó a desarrollarlas en su Cuba natal, como coreógrafo y bailarín, y posteriormente como productor de las fastuosas revistas musicales del mítico Tropicana de La Habana. Al llegar a nuestro país como exiliado, ingresa a Venevisión, en donde su labor ha sido tan descollante, que hoy es el vicepresidente de programas de variedades de ese canal. Sobre los secretos de su oficio y algunos aspectos de su vida, conversó en exclusiva con Informe 21.
¿Cuáles son las armas de un productor para no aburrir y mantener enganchada a la audiencia?
– Es un cúmulo de cosas, que podría resumir en estar al día en todo lo que se refiera al espectáculo, no quedase dormido Las armas son muchas, las principales estar actualizado en los avances de iluminación y, sobre todo, en la música. Después, en cuanto al vestuario que se está usando, qué está de moda, y que se adapte a la propuesta que tenemos en mente.
¿No añora volver a producir musicales como “De fiesta con Venevisión”?
– No los añoro, porque estoy muy claro que los costos de los artistas internacionales han aumentado muchísimo y no hay canal que pueda soportar esos sueldos tan altos. Por otra parte, los video-clips que graban las disqueras son tan buenos, que cuando intentas hacer algo similar en un programa de televisión, no es lo mismo, por la inversión que tienen y la calidad que ostentan. Entonces, ¿para qué añorar lo que no es posible?
¿Por qué no han surgido productores que en su ámbito le den la talla?
– La verdad no sé porqué. En todo caso, no soy la persona indicada para contestar esa pregunta.
¿Le ha tocado la envidia de cerca?
– La envidia siempre nos puede rondar. Ella surge cuando no hay talento, pues la envidia es como la hermana de la mediocridad. Ahora, que nos toque o no, todo depende de la seguridad de cada persona y en lo claro que esté cada uno de su capacidad para crear y ser.
¿Le molestan las críticas de la prensa a su trabajo?
– No me molestan, porque la mayoría son constructivas y no me afectan. Las que sí me molestan, y mucho, son las que se hacen con mala intención y malos deseos personales. Gracias a Dios, cuando pongo todo en la balanza de mi vida, para mí han sido las menos en toda mi carrera.
¿Cómo ha afectado la crisis a la televisión venezolana?
– Mucho, pues casi todo lo importamos en dólares y se hace muy cuesta arriba solucionar estos problemas. Aún así, seguimos con optimismo esperando que las cosas se resuelvan y volvamos a tener facilidades para importar. En estos casos, el ingenio tiene que compensar lo que la crisis nos quita.
¿Televisión buena la de antes?
– Esas ideas están pasadas de moda. La televisión es técnicamente mejor cada año. Lo que debemos analizar es que las condiciones económicas ya no son las mismas y que hay programas que son muy costosos y no se pueden hacer todos los días. Pero ese refrán de que “todo tiempo pasado fue mejor”, no es verdad. No lo comparto. Creo que cada época tiene su encanto.
De todos los espectáculos que ha hecho del Miss Venezuela, ¿hay alguno del que por alguna razón se haya sentido especialmente orgulloso?
– Hay muchos Miss Venezuela que me han hecho sentir orgulloso del resultado final, así como hay otros de los que no he quedado plenamente satisfecho.
¿Quién es usted?
– Joaquín Alejandro Castellanos Riviera, una persona normal, a la que le encanta su trabajo, que disfruta, vive y siente. Estoy orgulloso de trabajar en Venevisión, soy buen amigo y creo que además soy buen jefe. Trato a mis asistentes como me gusta que me traten a mí, como ser humano y no como objeto; aunque algunas veces me ponga furioso, pero pronto se me pasa.
Usted ha dicho que no lee las críticas de la prensa posteriores al Miss Venezuela, ¿no le parece que esa aseveración es poco creíble?
– Pues créeme que es totalmente en serio. Este año el Miss Venezuela fue el 28 de octubre y hoy día, más de mes y medio después, todavía no las he leído. Ya avanzado diciembre, y parte de enero, empiezo a leerlas y analizarlas con calma en mi casa. Las que valgan la pena, las agradezco; y las demás, las leo y punto.
¿Qué hace cuando no está trabajando?
– Apelo a la computadora, al Ipad, al Ipod y a la televisión, mucha televisión.
¿Cómo reacciona cuando le toca trabajar con un artista con poca disciplina?
– Si es muy necesario, lo trato de sobrellevar, pero eso sí, ¡primera y última vez!
¿Con cuáles figuras del espectáculo le da más gusto trabajar y por qué?
– Me da gusto trabajar con cualquier artista que sea disciplinado, cumplido en sus grabaciones de audio y llegue según lo pautado a las grabaciones del programa. No soporto las llegadas tarde y la irresponsabilidad, pues en este negocio los que trabajamos queremos este medio, y quererlo es respetarlo. Quien no lo entienda así, es que no le gusta. Entonces que no trabaje en él.
¿De dónde surge su devoción por la Virgen de Lourdes?
– Hace varios años, en 1995, visité como cuatro o cinco santuarios de apariciones de distintas vírgenes, y en ninguno encontré la “vibra”, la mística, el recogimiento y la sensación de presencia de la virgen, como en Lourdes. Desde ese momento, voy todos los años. Te cuento que no he hecho promesa alguna, simplemente voy porque quiero, y porque me siento fortalecido y motivado, no por obligación.
¿Y por la santería?
– Mira, personalmente te lo puedo contar, pues pertenece a mi juventud y es un cuento un poco largo.
¿Hay algo que no le guste de usted?
– ¡Por supuesto! Mi cuerpo.
¿Lo que más añora de sus años en Cuba?
– No añoro, tengo recuerdos de mi niñez, mi juventud y mi desarrollo artístico. Recuerdos muy positivos y bonitos, por cierto.
¿Cómo desearía ver a Venezuela?
– ¡Unida… unida… unida!
¿Fidel y Raúl están en la recta final?
– Y espero que Dios se ocupe de ellos.
¿Qué le debe a Venezuela?
– La nueva faceta personal y artística en mi vida.
¿Cuál es su balance, como productor, del espectáculo de elección de Miss Venezuela 2010?
– Es muy positivo. Aunque en algunos años no he estado contento con la realización de ciertos cuadros coreográficos, esta vez hubo muchos que sobrepasaron mis expectativas.
¿Lo estresa mucho diseñar, organizar, ensayar y llevar a cabo un programa como este?
– Me estreso cuando no cumplen lo que hemos acordado, diseñado y organizado, pues para eso hacemos reuniones, todas las necesarias, y cuando vamos al montaje todo el mundo sabe lo que tiene que hacer. La improvisación no tiene cabida. Casi nada se deja a la improvisación, por no decir nada.
¿Le fue más difícil hacerlo en Maracaibo que en Caracas?
– Maracaibo me fue más sencillo, porque vivíamos en el mismo lugar donde trabajábamos. Terminábamos, subíamos a las habitaciones y teníamos los restaurantes a mano. Resultó más cómodo de lo imaginado.
¿Lo peor que le ha pasado en la vida?
– Me ocurrió en 1969, cuando, por querer irme de Cuba, me mandaron cinco meses a cortar caña, como si fuera un preso común y corriente. Me separaron de mi familia, mis amigos y de mi casa.
¿Hoy es usted completamente feliz?
– Soy feliz y me siento realizado.
Vía Informe21.com