Un grupo de una veintena de países, entre ellos China, India, Arabia Saudí y Venezuela, dijeron estar «satisfechos» con el proyecto de acuerdo climático, presentado el sábado por la presidencia de la COP21, indicó su portavoz a la AFP.
«Estamos satisfechos con este acuerdo. Pensamos que es equilibrado», dijo a la AFP Gurdial Singh Nijar, el portavoz del grupo de países en desarrollo denominado Pensamiento Afín (Like-Minded), entre los que se encuentra también Argentina.
«India está de acuerdo, China está de acuerdo, Arabia Saudí está de acuerdo, el grupo árabe está de acuerdo», detalló.
«El grupo de Pensamiento Afín tiene importantes objeciones, pero únicamente respecto a la meteorología del exterior de la conferencia, ¡no respecto al acuerdo!», bromeó.
El examen del proyecto de acuerdo por los 195 países miembros de la convención de Naciones Unidas sobre clima arrancará a las 17H30 (16H30 GMT) en sesión plenaria.
Estos son los principales puntos del proyecto de acuerdo sobre el clima sometido este sábado en la conferencia de París (COP21) a la aprobación de 195 países:
El desafío
El documento identifica al cambio climático como «una amenaza urgente y potencialmente irreversible» para la humanidad y el planeta.
Comprueba por eso «con preocupación» que los compromisos sumados de todos los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) distan aún mucho de las reducciones necesarias para contener la agravación del calentamiento global.
La meta
El objetivo del acuerdo es contener el aumento de la temperatura «bien por debajo de los 2 ºC» respecto a la era preindustrial y realizar «esfuerzos para limitar ese aumento a 1,5º».
Cómo lograrlo
El mundo debe esforzarse en que las emisiones de GEI dejen de aumentar «lo antes posible» y empiecen a reducirse «rápidamente».
En la segunda mitad del siglo, debería llegarse a un equilibrio entre las emisiones de GEI provocadas por las actividades humanas (como la producción de energía y la agropecuaria) y las que pueden ser capturadas por medios naturales o tecnológicos, como por ejemplo los bosques o las instalaciones de almacenamiento de carbono.
El proyecto de acuerdo eliminó las referencias, presentes en borradores anteriores, al término «neutralidad de carbono», al que se oponían con vehemencia grandes productores de petróleo como Arabia Saudita.
¿Quién?
Los países desarrollados, emisores históricos, tomarán la delantera en los recortes de emisiones de GEI en términos absolutos. Los países en desarrollo, que aún necesitan generar energía con carbón y petróleo, son alentados a orientar sus esfuerzos hacia la realización de recortes.
El documento insta a los países ricos a respaldar los recortes de emisiones de las naciones en desarrollo.
Seguimiento
En 2018, dos años antes de la entrada en vigor del acuerdo, los países evaluarán los impactos de sus iniciativas contra el calentamiento global y analizarán nuevamente sus planes de reducción de emisiones de GEI.
Cuando el acuerdo cobre efecto, las revisiones de realizarán cada cinco años, a partir de 2023.
Money, money, money
Los países desarrollados «proporcionarán» apoyo financiero a la reconversión energética de los países en vías de desarrollo y a enfrentar fenómenos relacionados con el cambio climático, como la intensificación de las sequías y los huracanes.
Fuera de las partes jurídicamente vinculantes, el documento establece la suma de 100.000 millones de dólares anuales como «base» de los montos aportados por los países ricos. La suma se actualizará en 2025.
Pérdidas y daños
Se reconoce a las islas vulnerables al alza del nivel de los océanos y a los países pobres más expuestos al cambio climático el derecho a obtener respaldos para «prevenir, minimizar y reparar» las pérdidas.
Hasta este sábado, 185 países habían entregado a la ONU sus planes de reducción de gases de efecto invernadero (INDC, en inglés) de aquí a 2025 o 2030, promesas que son insuficientes para mantener el alza de la temperatura del planeta por debajo de 2°C.
Si todos estos compromisos se mantienen, la temperatura del planeta aumentaría 3º respecto a sus niveles en la era preindustrial, en comparación con 4º a 5° si no se hace nada.
Esos 185 países cubren la práctica totalidad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
1 – CHINA
El primer emisor mundial (aproximadamente 1/4 de las emisiones) se comprometió, por primera vez, a estabilizar sus gases de efecto invernadero (GEI) en 2030 a más tardar, después de haber resistido durante largo tiempo en nombre del desarrollo.
China es el primer consumidor mundial de carbón, la fuente de energía más dañina, y el primer inversor en renovables, y quiere reducir entre 60% y 65% su «intensidad carbono» (emisiones de CO2 respecto al crecimiento) en 2030 respecto a 2005.
2 – ESTADOS UNIDOS
El segundo contaminador mundial quiere reducir entre 26% y 28% sus emisiones de aquí a 2025 respecto a 2005. Un objetivo inferior al de los europeos, pero más allá de las precedentes contribuciones estadounidenses.
«Estados Unidos como mínimo está ahora presente con un plan creíble», destaca Jennifer Morgan, del World Resources Institute.
3 – UE
A principios de marzo, la UE (aproximadamente el 10% de las emisiones mundiales, en tercera posición) anunció su plan de reducir al menos en un 40% en 2030 sus emisiones respecto a 1990.
4 – INDIA
India prometió reducir su «intensidad carbono» en un 35% en 2030 respecto a 2005, pero no se fijó un objetivo global de reducción de emisiones.
Para 2030 espera contar con un 40% de energía renovable, aunque reconoce su dependencia del carbón (espera duplicar su producción actual en 2020).
5 – RUSIA
El quinto emisor mundial prevé emitir entre un 25% y un 30% menos en 2030 respecto a 1990.
Pero la organización Climate Action Tracker advierte que una vez retirado el efecto positivo generado por su vasta extensión de bosques, la reducción de sus GEI de origen industrial solo será de 6% a 11%.
6 – JAPÓN
El sexto emisor mundial prevé reducir sus GEI en un 26% entre 2013 y 2030, teniendo en cuenta su retorno a la energía nuclear, que paró desde el tsunami y el accidente de Fukushima.
7 – BRASIL
Brasil (2% de las emisiones) anunció que quiere reducir en un 43% sus emisiones de GEI en 2030 respecto a 2005, mediante la diversificación de sus fuentes de energía renovable.
8 – IRÁN
Se comprometió a reducir en 2030 sus emisiones en un 4% en valores absolutos. Si consigue apoyo financiero y el levantamiento, según Teherán, de todas las «sanciones injustas», está dispuesto a hacer un esfuerzo suplementario del 8%.
9 – INDONESIA
El país asiático anuncia un 29% menos de emisiones de GEI en 2030, que podrían llegar a -41% con ayudas financieras.
10 – CANADÁ
El gobierno conservador, que decidió abandonar el Protocolo de Kioto, había anunciado una reducción de emisiones del 30% de aquí 2030 respecto a 2005. El nuevo gobierno liberal prometió revisar ese objetivo.
OTROS
Numerosos países en vías de desarrollo han presentado compromisos, en gran medida condicionados a las ayudas.
México, la primera potencia emergente que lo hizo, prometió una reducción de 25% en 2030, que puede llegar a 40% si recibe ayudas.
Durante la COP21, otros países latinoamericanos destacaron por su ausencia o directamente su negativa a presentar esos objetivos.
Panamá llegó a la conferencia de París sin un INDC por falta de tiempo y financiación para hacerlo, pero espera presentarlo a principios de 2016.
Nicaragua anunció el 1 de diciembre que se negaba a presentar su INDC, y que proponía otro mecanismo que tuviera en cuenta la «responsabilidad histórica» de los grandes emisores.
Venezuela declaró el 3 de diciembre que condicionaba su INDC al resultado de las negociaciones.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com