Por: Francisco Arias Cárdenas
El presidente de Nueva Granada cerró la frontera con Venezuela. Todas las medidas pueden ser tomadas cuando se dan circunstancias especiales que ponen en riesgo una población nacional. Sin embargo, cada medida puede y debe darse, dentro de un análisis de la realidad humana en que se toma.
La situación de la frontera entre Venezuela y Colombia, ha sido en estos casi 200 años de separación, de por la división intranquilidad para el que murió en Santa Marta, con la camisa prestada de un español, distinta para las poblaciones de los llanos, que son una sola cosa de ambos lados del límite. Para los de la montaña andina, relacionados de múltiples maneras en comercio, en trabajo, en familia. Para los de la sierra alta, su nombre Perijá o de los motilones, de cada lado, que es la misma cosa para los Bari, los Yukpas o los Japreira. O como ese paso binacional en la planicie de los Wayuu, ciudadanos de tierra por miles de años. Es imposible cerrar esta frontera.
Cerrada hemos seguido manteniendo con combustible robado, en medio de nuestras dificultades, a una tercera parte de Colombia. Con la frontera cerrada han seguido los pobladores pasando a visitar sus familias de ambos lados del límite. Con la frontera cerrada vemos pasar como hace 69 años lo hicimos, niños cargando inmensos bultos de comida por el Vallado- Cúcuta.o en Paraguaipoa- Maicao. El presidente de la actual del vecino país está cerrando lo que no puede cerrarse.
Seguirán los pobladores pasando y solo se incrementará la matraca y corrupción de los organismos de ambos lados que con cachucha y fusil, saben que la necesidad obliga para pagar su derecho a comer y a vivir al guardia, al guerrillero o al paramilitar. Dura la vida en la frontera.
Es urgente que las dirigencia bogotana viera como lo ve el pueblo de a pie, sufriente. Colombianos todos en la práctica, en el terreno, como lo quiso Bolívar, diariamente construyendo la unión, más allá de Páez y de Santander, que no apagará la excusa segregacionista y miope de tratar con el coronavirus no como una amenaza común, sino como una forma de atacar al pueblo de Venezuela, tal como lo hace Iván Duque.