Por Raúl Henríquez
Es el título de un Western ( Película del Oeste Americano ), protagonizada por Clint Eastwood de los años 80. Época del antiguo oeste Norteamericano, en la cual las diferencias personales solían arreglarse en un duelo a pistolas, donde usualmente sobrevivía el más rápido y certero. Era un vulgar Ajuste de Cuentas, donde se imponía la ley del revolver. Hoy en día, el imperio rememora dicha época con la ciencia ficción – Alliens y Cowboys-, siendo una etapa superada para ese pueblo. Para nosotros en cambio, es una cruel y asfixiante realidad. En parte esto se debe, a que El bueno brilla por su ausencia. Los fiscales, acoplados a un libreto policial, propio de una dictadura, son usados para perseguir a los enemigos políticos del régimen ( “ ..cuidadito no te vaya a pasar lo mismo que al anterior gobernador “), así como los jueces embadurnados de billetes y acobardados por la amenaza, se avocan a dictar infames sentencias condenatorias, a la carta, según lo solicite el gendarme mayor.
Mientras la espiral de la impunidad se expande, la sociedad se desborda hacia el caos penitenciario, donde se percibe con mayor rigor el peso de la injusticia, la perversidad y lo inescrupuloso de nuestro sistema judicial. Directores de prisión que sobornan a los reos, superpoblación carcelaria, prames que dirigen sicariatos, asaltos y secuestros desde sus celdas, presos que protestan con huelgas de sangre y hambre, y hasta se cosen los labios. Con los cuerpos policiales penetrados por el narcotráfico, el poder ejecutivo carcomido hasta el tuétano, y un poder judicial sometido por el soborno y el temor. Nuestro destino como nación es incierto.
En el centro de este espeluznante escenario surge la figura del Malo. Es el causante de una tragedia que lo arrastra a su perdición. Son 12 ministros de Interior y Justicia + 19 planes de seguridad ciudadana que se ha metido por el buche en 14 años de desgobierno . Y aún así no reconoce su irresponsabilidad, y tan solo se atreve a comentar : . “ yo también me quejaría de este gobierno “. En medio, una reflexión : “ Un buen cristiano le pidió al SEÑOR fortaleza, y éste le mando solo calamidades “.
Ahora viene El Feo, con un paso arrollador, como un todo-terreno, recorriendo caseríos, pueblos, en montañas, llanos y sabanas. Con un mensaje diferente en el tono, pero convincente en la forma y el fondo. Al contrario del Malo, que derrocha los recursos de sus alcaldes y gobernadores. Arrastra con las multitudes autóctonas de cada región que visita. Esto tiene al Malo tan a la defensiva, que ya ordenó enterrar la burda estrategia de las encuestadoras pagadas. Al final del camino hay un letrero que dice : “ ESTO ESTÁ FEO POR CULPA DEL MALO, POR ESO EL BUENO APOYARÁ AL FEO, PARA QUE LO AYUDE A CORREGIR LO MALO “.