Por Henry Ramírez
A la Alcaldesa no le cabe en la cabeza el casco central. Si en algo hay consenso entre los diferentes sectores que conviven en él, es sobre la necesaria y urgente reorganización.
Los niveles de anarquía y desorden que se viven en esa zona de la ciudad son impresionantes:allí se cruzan como les da la gana vendedores informales con carritos y buses del transporte público,carretilleros con casi 300 mil personas que por ahí transitan diariamente, sin ningún tipo de control, vigilancia o plan alguno que ordene las idas y venidas de medio Maracaibo.
Por no hablar del abandono y el descuido de nuestro degradado patrimonio histórico, paisaje penoso para contar y enseñar sobre los orígenes de la ciudad.
Las medidas tomadas por la Alcaldía de Maracaibo desde año 2011 para tratar de reorganizar el casco central, han sido verdaderamente improvisadas en su diseño y nefastas en su impacto. La visión del equipo que esta llevando adelante ésta tarea está talmente errada.
No sabemos si es porque una de ellas sueña con un centro comercial en esa zona, el “Buchones Mall”, que haga desaparecer a todos los buhoneros como en una oportunidad lo propuso; o es porque el otro que es dueño de varias mesas en el Callejón de los pobres, quiere adueñarse de todas las que hay en el casco central. Conflicto de intereses se llama eso en el lenguaje jurídico; zamuro cuidando carne en radio bemba.
El año pasado la primera acción que tomó la Alcaldesa junto a la pareja, fue enviar un piquete de la brigada especial de las policía regional y municipal a caerle a palos a los comerciantes, llevárselos presos y de paso tumbarles los tarantines. Todo esto en la madrugada, valiéndose de la oscuridad. Con las primeras luces del sol, claro está, se desató una verdadera batalla campal que además de dejar maltrecha la autoridad del estado, buhoneros heridos y presos, trajo como resultado final la postergación de lo que iban a hacer hasta enero del 2012.
A comienzos del año comenzaron la “reorganización del casco central”, por una calle, la calle Comercio, mejor conocida como el Callejón de los pobres. Ahí la improvisación cogió vuelo y los resultados dieron pena ajena.
Prometieron los trabajos para quince días y duraron dos meses. Quedó mal hecho y se ganaron la arrechera de muchos comerciantes estafados porque ellos mismos tuvieron que sufragar parte importante de la inversión que se hizo. Total, que el techo del callejón quedó con unos trapos con el escudo de la Alcaldía y cuando cayeron cuatro gotas llovió se dieron cuenta que habían tapado los drenajes. Dan ganas de reír si no fuera porque las consecuencias las pagamos todos.
Ahora quieren mostrar como un triunfo que sacaron a los carretilleros de algunos espacios que estos ocupaban. La verdad es que los mismos comerciantes venían pidiendo esto desde hace mucho tiempo. Y con la excusa de que fue una exigencia de los transportistas lo hicieron, no sin antes mal poner y acusar a través de unos pocos militantes de unta la Defensoría del Pueblo de tener responsabilidad en los hechos.
Nosotros seguimos exigiendo una propuesta integral.Los transportistas son parte del problema, pero ¿dónde está el plan de movilidad urbana que permita un mejor desplazamiento de las personas, del transporte público, particular y el de las mercancías?¿Dónde está una política de manejo integral de los mercados municipales y del plan rescate del patrimonio histórico de Maracaibo?Pero no, las respuestas de la Alcaldesa son como ella: políticas de fin de semana, esporádicas, cuando tiene tiempo; ocurrencias que le vienen a la cabeza, incapaz de pensar de verdad y de juntar unas ideas serias sobre el casco central.