Por: Joaquín Chaparro
Maracaibo, es una tierra de hombres y mujeres firmes, de estirpe cultural y creyentes de la Fe religiosa, es un pueblo respetuoso de las tradiciones, por eso conserva su perfil autóctono. Con ocasión de la celebración anual de la feria internacional de la Chinita, se despierta un interés social, espiritual y humano de trascendencia incomparable. Respecto a esa tradición, debo recordarles que en 1921 se crea la corporación zuliana para la coronación de nuestra señora de Chiquinquirá, que paralelamente inicia la remodelación de la iglesia conocida como la Basílica de Chiquinquirá hasta su forma y dimensiones actuales, esos trabajos terminan en 1941. Por esas características, el 18 de noviembre de 1942 fue el acto de coronación de la Virgen de Chiquinquirá, oficiado por Monseñor Marcos Sergio Godoy, en presencia de personalidades e instituciones del Zulia y por supuesto del pueblo Maracaibero.
Así, surge la idea de la celebración de la feria de La Chinita, que es una festividad de origen religioso durante tres días, desde el 17 hasta el 18 de noviembre. La Feria arranca en 1966, por iniciativa del Dr. César Casas Rincón. Su objetivo era el de crear un espacio permanente para la producción y difusión de nuestras raíces culturales, valorar nuestros orígenes, restituir las relaciones sociales de manera, cotidianas, espontáneas y sanas, contribuyendo a restablecer el tejido social como base del funcionamiento de toda democracia, afirmando el derecho a la cultura que tiene todo ciudadano.
En esta celebración, se conmemora el milagro de la Virgen. La tradición relata que, a orillas del lago apareció una tablita que encontró una anciana mujer de nombre Eleida Araujo, la llevó a su casa. Transcurridos algunos días, el 18 de noviembre de 1709, la anciana escuchó golpes en la pared sobre la que había colgado la pequeña tabla. Hizo caso omiso, pero decidió aproximarse al lugar de donde venían los golpes y se percató que sobre la superficie de la tablilla había aparecido la imagen de la Virgen de Chiquinquirá y brotaba de ella una luz brillante. Ante tal fenómeno, la anciana salió a la calle y comenzó a gritar milagro, milagro.
Las actividades religiosas como la procesión y la bajada de la virgen, constituyen valores importantes del maracaibero, el amanecer gaitero frente a la basílica, las corridas de toros, el encendido de las luces navideñas de las avenidas Bella Vista y la Limpia, el juego de las Águilas del Zulia, el festival de la Orquídea que volverá renovado , la elección de la Reina de la Feria entre otros eventos religiosos, institucionales, sociales, culturales, brindan un espectáculo maravilloso a citadinos y visitantes, el negocio petrolero también tiene su prestigio con la feria petrolera. El sentimiento de los habitantes se vuelca hacia la reafirmación de la Fe cristiana y por supuesto hacia la búsqueda de alternativas de recreación y la calidad de vida.
Por toda esa tradición, es necesaria, oportuna y obligante que la sociedad civil del estado Zulia y especialmente de Maracaibo se aboque a la búsqueda de la integración, de la sinceridad en las relaciones, deponer cualquier actitud que atente contra los valores espirituales y de las personas. Como maracaibero, exhorto a defender con una mayor participación de la gente nuestras tradiciones religiosas, espirituales, culturales, educativas y fundamentalmente buscar la unión entre la familia.
En estos días de celebración espiritual, deseo a mi pueblo maracaibero el mayor respeto, que la pasen en armonía familiar, que estos momentos de fraternidad, de religiosidad, nos permita soñar con una nueva realidad social, con un nuevo país, con una nueva oportunidad para crecer, para amar, para ser cada vez mas Maracaiberos, mas Zulianos y mas Venezolanos.