
En un encuentro bilateral calificado como «excelente», el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, propuso a su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, actuar como mediador e interlocutor para suavizar las hostilidades entre Washington y Venezuela.
La reunión, que se extendió por 45 minutos y se celebró al margen de las cumbres de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), sentó las bases para el nuevo rol de Brasil como actor conciliador en la región.
Según detalló el canciller brasileño, Mauro Vieira, el presidente Lula «levantó el tema» de Venezuela, señalando que América del Sur es una región de paz y ofreciendo ser un contacto para buscar soluciones mutuamente aceptables. Esta declaración oficial posiciona a Brasil como un puente potencial entre Donald Trump y Nicolás Maduro.
Además del foco geopolítico, los mandatarios abordaron la compleja agenda comercial bilateral. Lula solicitó la suspensión de los aranceles del 50 % impuestos por Washington a productos brasileños y el recurso a la Ley Magnitsky contra autoridades del país sudamericano. El presidente Trump respondió positivamente, comprometiéndose a instruir a su equipo para iniciar un proceso de negociación bilateral «en poco tiempo» con el objetivo de resolver estos puntos de fricción.
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