
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha expresado su creciente alarma ante el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, haciendo un llamado enérgico a ambos países para que «desescalen» la situación a través de un «mayor diálogo diplomático». Esta solicitud se produce en medio de un polémico despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, que la administración de Donald Trump justifica como una operación contra el narcotráfico.
Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General de la ONU, António Guterres, manifestó la profunda preocupación del organismo. «Estamos cada vez más preocupados por las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela y urgimos a que la situación se desescale con más diálogo diplomático», declaró Dujarric en una rueda de prensa.
Denuncias de la ONU sobre ataques militares
El llamado a la contención diplomática se intensifica a raíz de las serias acusaciones emitidas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk. El Alto Comisionado instó formalmente a Washington a investigar la legalidad de los ataques llevados a cabo por las fuerzas armadas estadounidenses contra supuestas embarcaciones de transporte de drogas en el Caribe y el Pacífico.
Türk afirmó que existen «fuertes indicios» de que estas acciones militares constituyen «ejecuciones extrajudiciales» y violan el derecho internacional en materia de derechos humanos. Según reportes, Türk ha subrayado que la lucha contra el narcotráfico debe respetar el Estado de derecho y que el uso de la fuerza letal no parece estar justificado en estos casos, ya que las personas a bordo de las embarcaciones presuntamente atacadas no representaban una amenaza inminente a la vida.
Despliegue y víctimas mortales
Las fuerzas armadas estadounidenses han intensificado su ofensiva en las últimas semanas, atacando múltiples embarcaciones en aguas del Caribe y el Pacífico que, según Washington, están siendo utilizadas para el tráfico de drogas.
El más reciente de estos incidentes ocurrió en el Pacífico durante el fin de semana y resultó en la muerte de seis personas, según informó el secretario de Defensa, Pete Hegseth. El Departamento de Guerra de EE. UU. ha reportado el hundimiento de múltiples embarcaciones en diversos ataques, con un saldo que, según la ONU y otras fuentes, superaría las 60 víctimas mortales, de nacionalidades venezolana, colombiana y trinitaria, entre otras. Pese a las víctimas, Washington no ha presentado pruebas que sustenten públicamente sus acusaciones contra los fallecidos.
La postura de la Casa Blanca describe estas operaciones como parte de un «conflicto armado» contra cárteles de drogas, llegando el Departamento de Justicia a asegurar que los ataques son legales bajo las leyes de conflicto armado.
Respuesta venezolana y contexto regional
Por su parte, el Gobierno de Venezuela ha solicitado la intervención del Secretario General de la ONU y ha recurrido al Consejo de Seguridad para denunciar lo que considera una «agresión sistemática» y una amenaza a la paz regional. Caracas argumenta que el narcotráfico es solo un pretexto de EE. UU. para justificar sus operaciones y forzar un «cambio de régimen».
Ante la escalada militar, Venezuela ha movilizado milicianos y ha recibido el apoyo de aliados regionales e internacionales, mientras que la tensión en la región continúa en un punto crítico. La ONU reitera su llamado a la calma y a encontrar una solución pacífica, evitando acciones que amenacen la estabilidad regional e internacional.
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