
La sombra de la política antiinmigrante oscurece la Copa Mundial de la FIFA 2026
A medida que se acerca la Copa Mundial de la FIFA 2026, que Estados Unidos coorganizará con México y Canadá, la atención no se centra únicamente en el césped, sino en las alarmantes implicaciones de las políticas migratorias estadounidenses. Recientes declaraciones de la administración del expresidente Donald Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca, han desatado una profunda preocupación global, sugiriendo que el recrudecimiento de las políticas antiinmigrantes podría transformar el evento deportivo en el más controvertido y, potencialmente, violento de la historia moderna.
Redadas migratorias: Una posibilidad que choca con la hospitalidad
El epicentro de la controversia es la declaración de Andrew Giuliani, jefe del grupo de trabajo de la Casa Blanca para la Copa Mundial de 2026 durante el mandato de Trump. En una conferencia de prensa en Washington, Giuliani no descartó la posibilidad de que se realicen redadas migratorias masivas durante la celebración del torneo.
«Debo insistir en que el presidente Trump no descarta nada que haga más seguro a este país», declaró Giuliani, según reportó la agencia EFE. Esta postura, presentada bajo la excusa de la seguridad, ha sido interpretada por expertos y activistas como una potencial amenaza directa a la comunidad de aficionados y residentes, y como un acto que choca frontalmente con el espíritu de unidad que debe imperar en un evento deportivo de esta magnitud.
Contradicción flagrante con los valores de la FIFA
La posible implementación de la retórica de «tolerancia cero» y las redadas en el contexto de un evento global de fútbol riñen flagrantemente con los valores de hermandad, diversidad, inclusión y paz que son los pilares del deporte. La FIFA, con su campaña global y constante de «Di No al Racismo», se enfrenta a un desafío ético sin precedentes. Un Mundial caracterizado por la amenaza de la persecución de personas, independientemente de su estatus migratorio, iría en contra del mensaje de unidad que la organización busca transmitir.
Organizaciones de derechos humanos y analistas internacionales han advertido que centrar la seguridad en la vigilancia y persecución de migrantes es un camino que puede conducir a la discriminación y a la creación de un ambiente de miedo. La seguridad, insisten, debe traducirse en garantizar una experiencia acogedora para todos los aficionados y delegaciones que visiten el país, no en una agresión o criminalización de las personas.
Expectativa ensombrecida para «el evento deportivo más grande de la historia»
La Copa Mundial de Fútbol de 2026, que se llevará a cabo del 11 de junio al 29 de julio y que por primera vez contará con 48 selecciones, se perfilaba como una celebración histórica en la región de Norteamérica.
A pesar de que Andrew Giuliani sostuvo que el evento probará que «seguridad y hospitalidad pueden ir de la mano», las políticas anunciadas bajo la posible futura administración Trump sugieren un escenario muy distinto. La incertidumbre sobre si los aficionados, especialmente aquellos con raíces en comunidades migrantes o de países en conflicto político con EE. UU., se sentirán seguros, ensombrece la expectativa de lo que se ha denominado «el evento deportivo más grande de la historia». La comunidad internacional y los organizadores están a la espera de un compromiso claro que priorice la inclusión sobre la política divisiva.
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