El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, adoptó una postura de estricta reserva sobre la futura estrategia de Washington hacia los activos energéticos venezolanos, luego de que la Guardia Costera y la Marina estadounidenses incautaran recientemente un buque que transportaba crudo de Venezuela en aguas del Caribe.
Al ser consultado en el Despacho Oval sobre si su gobierno planea incautar más cargamentos petrolíferos, el mandatario republicano mantuvo el hermetismo:
“No sería muy inteligente de mi parte decírtelo. Se supone que debemos mantener esto un poco en secreto”, declaró Trump.
🚢 Escalada de Presión en el Caribe
La negativa a revelar planes ocurre pocos días después de que Washington interceptara un navío con bandera de Guyana, sancionado por transferencias ilícitas, que transportaba crudo venezolano. Este incidente representa un nuevo nivel de presión dentro de la creciente campaña de ofensiva de EE. UU. contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Desde el verano, el Pentágono ha mantenido un enorme despliegue militar en aguas caribeñas con el objetivo declarado de interceptar y destruir embarcaciones presuntamente vinculadas a redes de narcotráfico que involucran a elementos del ejecutivo y el ejército venezolano.
El presidente Trump insistió nuevamente en el éxito de este operativo marítimo, bromeando sobre la intensidad de la zona: «¿Alguien quiere ir a pescar a esa zona?».
💥 La “Guerra” contra las Drogas y los Planes Terrestres
Trump justificó la agresividad de la operación al equiparar el impacto del narcotráfico con un conflicto armado, citando la pérdida de vidas en Estados Unidos.
El mandatario también reiteró que, aunque su país pronto iniciará «ataques terrestres», estos estarán estrictamente enfocados en el narcotráfico y no en una acción militar contra Venezuela:
“No son ataques terrestres sobre Venezuela, son ataques terrestres sobre gente horrible que está trayendo drogas y matando a nuestra gente”, puntualizó.
El presidente estadounidense recordó que las recientes operaciones en el Caribe han resultado en la destrucción de alrededor de una veintena de lanchas y la muerte de cerca de ochenta de sus ocupantes desde septiembre.
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