Pese a los esfuerzos por combatir los incendios forestales en la Sierra de Perijá, la candela se renueva con una voracidad incontrolable.
Este lunes la Misión del Tukuko, en el piedemonte de la serranía, volvió a ver una espesa estela de humo, en lo que ha sido un retroceso a la mejoría que se vivió entre el viernes y el sábado.
“Si Dios no nos manda la lluvia la sierra va a arder por completo”, clamó el fray Nelson Sandoval, misionero capuchino de la Sierra de Perijá, quien ha venido siendo portavoz de la situación que se vive en la sierra.
Ingrid Dugarte, presidenta del 171, adelantó que el gobernador Arias Cárdenas convocó a los caciques y líderes comunitarios de la zona a reuniones en un intento por sembrar consciencia sobre la necesidad de evitar nuevos incendios forestales.
La principal causa del fuego en la sierra ha sido la quema de terrenos que son preparados para la siembra. Si bien se trata de una práctica ancestral, la sequía ha propagado las llamas, haciéndolas incontrolables.
“El domingo tuvimos un foco imprevisto a la orilla del Tukuko, al pie de la montaña, que luego fue controlado. El gobernador ordenó una reunión con los caciques porque no vamos a poder con esta situación sin el compromiso de la comunidad de no seguir encendiendo. El gobernador sigue dando todo el apoyo para hacerle frente a esta situación”, subrayó Dugarte.
Focos que ya habían sido controlados han dado paso a otros nuevos, lo que ha vuelto la situación insostenible. El verdor de la Sierra de Perijá luce opocado por la sequía más severa que se haya registrado en esta zona fronteriza con Colombia.
Equipos desplegados por tierra continúan las labores de extinción de incendios. De momento fueron suspendidas las tareas aéreas debido a una falla presentada por el helicóptero Súper Puma de la Aviación Militar.
La aeronave hasta el fin de semana había rociado más de 500 mil litros de agua en los focos de fuego.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com