El Carmelo era sin duda, el monte donde numerosos profetas rindieron culto a Dios. Los principales fueron Elías y su discípulo Eliseo, pero existían también diferentes personas que se retiraban en las cuevas de la montaña para seguir una vida emerítica.
Esta forma de oración, de penitencia y de austeridad fue continuada siglos más tarde, concretamente en el III y IV, por hombres cristianos que siguieron el modelo de Jesucristo y que de alguna forma tuvieron al mismo Elías como patrón situándose en el valle llamado Wadi-es-Siah.
A mediados del siglo XII, un grupo de devotos de Tierra Santa procedentes de Occidente -algunos creen que venían de Italia-, decidieron instalarse en el mismo valle que sus antecesores y escogieron como patrona a la Virgen María. Allí construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Desde su monasterio no quisieron crear una nueva forma de culto mariano, ni tampoco, el título de la advocación, respondía a una imagen en especial.
Quisieron vivir bajo los aspectos marianos que salían reflejados en los textos evangélicos: maternidad divina, virginidad, inmaculada concepción y anunciación. Estos devotos que decidieron vivir en comunidad bajo la oración y la pobreza, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas, y su devoción a la Virgen permitió que naciera una nueva advocación: Nuestra Señora del Carmen.
Esta advocación de la Virgen María viene de los monjes carmelitas y particularmente San Simón Stock, quien el día 16 de julio de 1251 tuvo una visión de la Virgen que le prometió concederle favores a quien llevara el escapulario con su imagen como muestra de cariño y devoción a la Madre de Dios y con deseo de convertirse y de llevar una vida santa.
Estos decidieron vivir en comunidad bajo los principios de oración y pobreza, y siguiendo las virtudes marianas relatadas en la Biblia, fueron los fundadores de la Orden de los Carmelitas y su devoción a la Virgen permitió que naciera la advocación Nuestra Señora del Carmen. Pero de Palestina fueron expulsados y se radicaron en Europa. De allí a América, y específicamente Venezuela, llegó en los escapularios de los catequizadores. La devoción de la Virgen del Carmen está ligada a la devoción de las ánimas del purgatorio.
La imagen mariana de Monte Carmelo pronto fue adoptada por el rico proceso de sincretismo venezolano, y hoy se le festeja desde el Zulia, en el extremo occidental de Venezuela, hasta el Delta del Orinoco, en el extremo oriental. Muchos la celebran a golpe de tambor y cantos cada 16 de julio. Incluso hay comunidades que inician la tradición el 7 de julio, y esperan el día de su patrona con novenas y diversas ceremonias previas.
La comunidad de El Calvario (municipio El Hatillo, Miranda), seleccionó la esta figura mariana como uno de sus símbolos capitales en el proyecto Arqueología simbólica de El Calvario (2018), que generó un modelo tridimensional por computadora.
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