La humanidad ha librado una lucha ancestral contra el vello indeseado, ideando diversos métodos para su eliminación, en algunos casos mucho más perjudiciales e incómodos que el vello mismo.
El papiro Ebers, un texto egipcio sobre medicina datado en el 1.500 antes de nuestra era, describe recetas depilatorias que utilizaban sangre de tortugas, agua, limón, aceite y miel. En Roma antigua, las clases sociales más pudientes contaban con esclavos especializados en depilación, que eliminaban el vello utilizando resinas naturales y brea, así como pinzas. En la edad media era frecuente el uso de cal viva y arsénico.
La tecnología de Luz Ultrapulsada Frecuenciada, generalmente conocida como Láser Frío, logra ofrecer a los pacientes un tratamiento indoloro, sencillo, seguro, eficaz y definitivo en la eliminación del vello no deseado.
Es un método apto para ser aplicado en ambos sexos con excelentes resultados. La eficiencia y eficacia del mismo, y el ambiente profesional en el que se ofrece, han contribuido a eliminar la barrera que existe para que los hombres accedan al servicio. La depilación masculina ha dejado de ser un tabú y cada día son más los hombres de todas las edades que se acercan a los centros que disponen de esta tecnología, usualmente buscando eliminar el vello de una mayor cantidad de zonas corporales que las mujeres.
Este método de depilación, permite su aplicación en prácticamente cualquier zona del cuerpo, representando una alternativa al láser tradicional, con mejores resultados, en muchas menos sesiones y a costos accesibles a cualquier presupuesto.
La revolución que ha representado el surgimiento del Láser Frío como herramienta para la eliminación del vello indeseado, ha supuesto la democratización de un tratamiento antes sólo accesible a sectores de la población con el poder adquisitivo requerido para costear los tratamientos de depilación Láser tradicionales, poniéndolo al alcance de todos.
Pero al margen de las ventajas en costos en tiempo y dinero, cada día más, la eliminación definitiva del vello no deseado responde no sólo a necesidades cosméticas, sino a solucionar problemas relacionados con los métodos tradicionales de depilación, como la foliculitis, generada por el uso de las hojillas de afeitar, los vellos enterrados, y las quemaduras producidas por la cera o cremas depilatorias, que utilizan químicos abrasivos que deterioran las capas superficiales de la piel, generando ocasionalmente, daños irreversibles.
El Láser Frío contribuye, además, a aclarar significativamente las zonas de la piel oscurecidas por el uso de los métodos tradicionales de depilación, y los cambios hormonales, estimulando la producción de colágeno, dejando la piel mucho más lozana, clara, tersa y, obviamente, sin vellos.
Uno de los aportes más importantes de la evolución de la medicina estética, es ofrecer tratamientos cada vez menos invasivos, más eficaces, que ofrezcan soluciones definitivas, a costos accesibles a cualquier presupuesto, yla depilación definitiva con Láser Frío cumple con todos estos requisitos y va mucho más allá.
En América Latina, la cadena internacional Depilarte es pionera en depilación definitiva con Láser Frío, con más de 50 centros en Venezuela, y presencia en Colombia, Ecuador y Panamá.
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Dr. Eduardo Fuenmayor.
Depilarte Maracaibo.