A lo largo de los años han existido múltiples enfermedades y virus letales que han cobrado millones de vidas en todo el mundo. Se han producido principalmente en países no desarrollados y por su alta tasa de mortalidad son considerados entre los más mortíferos.
La Lepra
Una de las enfermedades más antigua conocida es la lepra, fue históricamente incurable y vergonzosa, se sabe que afecta a la humanidad desde hace al menos 4.000 años. Esta enfermedad es infecciosa aunque no muy contagiosa, cuando está debidamente tratada. Solo los pacientes que no reciben tratamiento (o cuando éste es inadecuado) son propensos al contagio. Los síntomas son las lesiones cutáneas, la bacteria afecta además a los nervios periféricos y produce daño neurológico en brazos y piernas, ocasionando la pérdida de la sensibilidad en la piel y debilidad muscular.
Los que padecían esta enfermedad llevaban unas pequeñas tablas en la mano, llamadas tablillas de San Lázaro, las cuales al golpear entre sí avisaban a la gente de su paso. San Lázaro es el santo de los leprosos y los mendicantes. En 1987, el médico e investigador venezolano Jacinto Convit fue distinguido con el Premio Príncipe de Asturias por descubrir la cura para esta enfermedad.
La Malaria
La malaria o paludismo ha infectado a los humanos durante más de 50.000 años. Es una enfermedad producida por parásitos que cobra la vida de entre 700.000 y 2.700.000 personas al año, de los cuales más del 75 % son niños en zonas endémicas de África. Causa aproximadamente entre 400 y 900 millones casos de fiebre aguda al año en la población infantil (menores de cinco años) en dichas zonas.
La única forma posible de contagio directo entre humanos es que una persona embarazada lo transmita por vía placentaria al feto, también es posible la transmisión por transfusiones sanguíneas de donantes que han padecido la enfermedad, o bien, por la transmisión directa a través de la picadura de un mosquito. Cada año se presentan 396 millones de casos de paludismo y la mayor parte se registra en África, al sur del Sahara. En agosto de 2013, se anunció que una vacuna en estudio en fase I alcanzaba una eficacia de un 100 %.
La Peste Negra
En 1348, una enfermedad terrible y desconocida se propagó por Europa y en pocos años sembró la muerte y la destrucción por todo el continente. La peste, también llamada peste negra o peste bubónica, es una infección grave causada por la bacteria Yersinia pestis, la principal vía de transmisión es a través de la picadura de pulgas de roedores, principalmente las ratas. Esta enfermedad tan mortal es poco común en la actualidad, pero que tiene gran importancia histórica por ser responsable de diezmar a aproximadamente 1/3 de la población de Europa en la edad media.
Es importante tener en cuenta que los animales domésticos, especialmente gatos, pueden llevar las pulgas infectadas de roedores salvajes para dentro de casa, convirtiéndose en un importante medio de transmisión de la enfermedad. Gatos enfermos también pueden transmitir la bacteria a través de mordeduras o arañazos. Con el desarrollo de los antibióticos en el siglo XX, la tasa de mortalidad de la peste, que era de 60 a 90 por ciento, ha descendido a solamente un 10% a 20%, que rompió el ciclo de transmisión de la bacteria e hizo de la enfermedad un problema de salud pública de poca importancia en todo el mundo.
Fiebre hemorrágica de Marburgo
El virus Marburgo, similar al virus del Ébola, es considerado uno de los agentes patógenos más agresivos para los seres humanos. El primer brote identificado fue en la ciudad alemana de Marburg, en 1967, mientras científicos de un laboratorio trabajaban con cultivos celulares de los riñones de simios verdes que estaban infectados por el virus, el número de contagiados fue de 37, de los cuales fallecieron 7. Ocasiona un dolor de cabeza agudo y malestar general en el cuerpo, además de hemorragias severas en distintas partes del cuerpo. La tasa de mortalidad va del 25 al 80 %. El peor brote fue en 2004, en Angola, donde de los 374 infectados fallecieron 329.
El Virus del Ébola
El virus del Ébola tiene una tasa de mortalidad elevada, con una frecuencia de fallecimientos de entre el 50 % y el 90 % de los infectados por el virus. Esta enfermedad es causada en el ser humano por un virus que se contrae mediante contacto con la sangre o los fluidos corporales de animales infectados. Una vez que un ser humano resulta infectado, la enfermedad también puede contagiarse entre personas, los supervivientes de género masculino pueden transmitir la enfermedad a través del semen hasta por año y medio.
Normalmente los síntomas comienzan entre los dos días y las tres semanas después de haberlo contraído, con fiebre, dolor de garganta, dolores musculares, y dolor de cabeza. Por lo general, siguen náuseas, vómitos, y diarrea, junto con fallo hepático y renal. En ese momento, algunos pacientes empiezan a sufrir complicaciones hemorrágicas. No se dispone de un tratamiento específico; los esfuerzos realizados para ayudar a los pacientes infectados consisten en administrarles sales de rehidratación oral (agua con azúcar y sal) o fluidos intravenosos. En el año 2015, comenzaron pruebas de una vacuna, comprobándose en los ensayos preliminares una efectividad del 100%.
El Virus Hanta
Este virus se contrae por zoonosis; es decir, que los animales pueden contagiar a los humanos, en este caso son los roedores, a través de excrementos y orina. El virus provoca un tipo de fiebre hemorrágica viral que afecta pulmones y corazón, entre los síntomas se encuentran los dolores de cabeza, dolores musculares. No existe tratamiento ni vacuna específica para esta enfermedad. En 1930, se notificaron en Europa y Asia brotes de lo que en esa época se pensaba que era FHSR. Pero fue en 1978 cuando se confirmó que algunos roedores servían de reservorio de los virus.
La Gripe Aviar
Fue identificada por primera vez en Italia a principios del siglo XX, el síndrome aviar afecta principalmente a las aves y hasta la fecha se ha manifestado en diversas partes del mundo; sin embargo, estas pueden contagiar el ser humano, el cerdo y el gato doméstico. Las variedades de virus puede ocasionar infecciones humanas severas, de hecho, la mayoría de los casos de infección humana se relacionan con el contacto directo o indirecto con aves de corral infectadas, vivas o muertas.
Tiene una mortalidad del 70%, pero la probabilidad de ser contagiado de este virus es baja, los síntomas son fiebre alta, superior a 38 grados, además de diarrea, vómitos, dolor abdominal, dolor torácico, y sangrado por la nariz o encías, así como ronquera. En los peores casos se pueden desarrollar neumonía y problemas severos del aparato respiratorio, llevando finalmente a la muerte.
La Fiebre de Lassa
El primer caso de Fiebre de Lassa fue reportado en Nigeria y ahora se encuentra propagado en el continente africano, especialmente en la zona occidental, donde los investigadores creen que el 15% de las ratas son portadoras de Lassa. Los síntomas que presentan son fiebre alta, hemorragias mucosas, hinchazón de la cara y fatiga muscular, no obstante, alrededor de un 80% de los casos son asintomáticos. El primer caso reportado de infección en humanos fue el de una enfermera nigeriana y fue descubierto en 1950; sin embargo, el virus se logró aislar hasta 1969.
El VIH
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es uno de los más mortíferos que puede existir. Afecta las células del sistema inmune, ya sea que las destruya o altere su función, por lo que se debilita el sistema inmune. El sida es una enfermedad humana que progresa lo que permite que se desarrollen infecciones oportunistas y cánceres potencialmente mortales. Sin tratamiento, se estima que la sobre vida promedio después de la infección de VIH es de 9 a 11 años dependiendo en el subtipo de VIH.
La infección con VIH ocurre por la transferencia de fluidos como sangre, semen, flujo vaginal, líquido preseminal o leche materna. Dentro de estos fluidos corporales, el VIH está presente tanto como partículas libres y virus dentro de células inmunes infectadas. Medicamentos antivirales potentes han controlado su desarrollo.
Por número total de muertes, son tres los virus más mortales que han existido jamás, provocando epidemias desde la antigüedad.
La viruela es una de las enfermedades más antiguas de la humanidad. 10.000 años antes de que naciera Cristo, la raza humana ya padecía la viruela, que ha causado devastación en los pueblos durante siglos. Muy contagiosa, todas las civilizaciones, desde Egipto a China, han sufrido sus consecuencias. Cuando, a partir de 1492, los viajeros europeos llegaron a América, provocaron una auténtica masacre con sus virus, que diezmaron a la población americana local, que no estaba preparada genéticamente para hacer frente al virus, con tasas de mortalidad del 80 % al 90 %.
El Sarampión es descrita por primera vez por un médico en el silgo IX, ha tenido incidencia en todo el mundo, con millones de muertes. Un informe de la OMS asegura que hubo 158.000 muertes por sarampión en el año 2011.
La fiebre amarilla o plaga amarilla es una enfermedad hemorrágica aguda que no se ha erradicado por completo, y se cree que, al año, hay 200.000 incidencias en todo el mundo, con alrededor de 30.000 muertes. Se contagia a través de mosquitos, y debe su nombre al color amarillo que adquieren los enfermos del virus. Tiene dos fases y el 50% de los pacientes que entran en la segunda fase no sobrevive a la enfermedad. No tiene tampoco tratamiento.