La Influenza H1N1 vuelve a preocupar a los venezolanos. Con nueve casos confirmados en el Zulia —luego de conocerse que Mérida es el más afectado—, es necesario conocer los detalles de la enfermedad para no alarmarse.
El Centro Universitario de las Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara realizó un estudio explicando en detalle qué lo que llamamos H1N1.
Estas son sus repuestas:
La Influenza es una enfermedad respiratoria infecciosa aguda de origen viral, muy contagiosa, que debe vigilarse atentamente por la rapidez con que se propaga en fases epidémicas. A pesar de que a menudo aparenta ser una enfermedad benigna, la Influenza es una enfermedad grave que provoca la muerte a miles de personas cada año.
Los síntomas son parecidos a los del catarro común (o resfriado), sin embargo, son más severos y su inicio es generalmente abrupto. Ocasiona una morbilidad extensa y en muchos casos requiere hospitalizar a los enfermos por la gravedad de las complicaciones, en
particular por las neumonías bacterianas.
No solamente produce pandemias, tales como la influenza española o la gripe asiática, sino también epidemias anuales que pueden tener
consecuencias dramáticas sobre los grupos de alto riesgo (principalmente ancianos y personas que padecen enfermedades crónicas).
¿Qué la causa?
El agente causal fue aislado por primera vez en 1933, a partir de secreciones respiratorias de casos humanos y fue denominado virus influenza tipo A. Desde entonces es quizás el virus humano mejor estudiado, su estructura bien caracterizada y su genoma secuenciado.
Los virus de influenza, pertenecen a la familia de los ortomixovirus, de acuerdo con su estructura genómica, se clasifican en tres tipos A, B y C; los tres son patógenos para el hombre. Los virus de influenza tipo A son antigénicamente muy variables, con lo que consiguen eludir al sistema inmunológico de sus huéspedes, son además responsables de brotes epidémicos y pandemias, tiene la capacidad de infectar además del hombre, a cerdos, caballos, mamíferos marinos, aves de corral, y muchas especies de aves silvestres.
El tipo B posee una variabilidad antigénica menor y solo afecta al hombre. El tipo C es más estable, sólo causa enfermedad respiratoria leve, afecta a humanos principalmente, pero se ha aislado también en cerdos.
¿Cómo se transmite?
La transmisión del virus de la influenza es de humano a humano a través de las secreciones diseminadas por toser o estornudar, contacto directo con personas infectadas (saludar de mano o besar) o por tocar superficies contaminadas.
El virus puede vivir durante cierto tiempo sobre objetos como las manijas de las puertas, lápices o plumas, teclados, receptores del teléfono y utensilios para comer o beber. Por lo tanto, también se puede adquirir al tocar algo que ha sido tocado por una persona infectada con el virus y después tocarse la boca, la nariz o los ojos sin antes haberse lavado las manos con jabón.
Puerta de entrada
El virus entra al organismo a través de los ojos, nariz o garganta.
Periodo de incubación
Usualmente es de dos días, pero puede variar de 1 a 5 días.
Periodo Infeccioso
El periodo de transmisión puede ir desde un día antes de la aparición de síntomas hasta siete días después. Los niños pueden transmitir el virus incluso durante más días.
¿Cuáles son los síntomas?
El virus de la influenza, primariamente invade la mucosa respiratoria, provocando marcados síntomas sistémicos. En la mayoría de los casos, se transmite de persona a persona por vía aerógena (gotitas de saliva), en un corto periodo, o por contacto con manos o superficies contaminadas.
En dependencia del grado de inmunidad a la cepa circulante, el cuadro puede ser asintomático, presentándose en la mayoría de los casos infecciones leves o inaparentes; o sintomáticos e incluso grave en pacientes predispuestos por alguna patología crónica.
La influenza se presenta abrupta o súbitamente con síntomas sistémicos y comunes que incluyen fiebre alta, malestar general, escalofríos, cefalea, mialgias, postración y síntomas respiratorios como: tos seca, estornudos, secreción nasal abundante, enrojecimiento de la conjuntiva, dolor de garganta, anorexia y adenopatías cervicales.
La fiebre es el signo más prominente y los signos sistémicos desaparecen usualmente después de 3 a 5 días, pero los signos respiratorios se incrementan con el aumento de la tos seca que cambia frecuentemente a productiva, con inflamación subesternal. La recuperación es total, en un periodo de 2 a 4 semanas.
Pandemia del 2008-2009
Las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que la pandemia de gripe porcina, que afectó al mundo en 2009, causó 18.500 muertes que fueron confirmadas en el laboratorio.
El virus de gripe porcina mató a mucha más gente de lo que se había pensado.
Ahora una nueva investigación coordinada por los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, revela que este número «es sólo una fracción del verdadero número de muertes» provocadas por ese brote de la enfermedad.
Según el estudio publicado en la revista The Lancet la gripe pandémica causada por el virus H1N1 provocó «quince veces más muertes de lo que se informó previamente» y un número que pudo superar las 500.000 personas murieron por la enfermedad.
La pandemia causada por la cepa A/H1N1 del virus de gripe afectó a todo el mundo entre abril de 2009 y agosto de 2010.
Todos los países informaron de muertes por la enfermedad, pero no todos los países fueron capaces de confirmar sus casos en el laboratorio para asegurar que realmente se trataba de esta cepa o para saber cuántas muertes realmente fueron provocadas por el patógeno.
Por eso se sabe que, como regla general, el número de casos confirmados en el laboratorio es significativamente más bajo que el número de muertes reales.
Pero tal como señalan los investigadores, no se esperaba que el número fuera tan alto como el que ahora ha sido calculado.
Pero la mayoría de los países de bajos y medianos ingresos no contaban con datos «de alta calidad».
Para llevar a cabo el cálculo el equipo de investigadores desarrolló un nuevo modelo que utilizó datos de tasas de mortalidad en 12 países de bajos, medianos y altos ingresos.
Para el cálculo se utilizaron los datos de las tasas de mortalidad causadas por enfermedades respiratorias vinculadas a la cepa A/H1N1 del virus de influenza durante los 12 meses siguientes al momento en que el virus comenzó a circular en cada país.
Posteriormente se hizo un cálculo sobre la mortalidad por influenza de acuerdo al riesgo en cada uno de los países y se compararon los datos con los registros de la OMS sobre muertes por enfermedades del tracto respiratorio y por grupo de edad.
Los resultados mostraron que entre 151.700 y 575.400 personas murieron como resultado de haber contraído el virus H1N1 durante el primer año que el patógeno circuló en cada país.
Los resultados mostraron que 80% de las muertes ocurrieron entre personas menores de 65 años.
Esto confirma que, tal como se observó durante la pandemia, el virus H1N1 afectó a las poblaciones más jóvenes, a diferencia de la gripe estacional que suele afectar a las poblaciones mayores.
El estudio revela además que 59% de las muertes ocurrieron en el sueste de Asia y África, con la mayor mortalidad causada por la enfermedad en África.
«El estudio pone de manifiesto el significativo impacto humano de una pandemia de influenza» afirma la doctora Fatimah Dawood, de la División de Influenza de los CDC, quien dirigió el estudio.
«Esperamos que este trabajo pueda ser utilizado no sólo para mejorar los cálculos de la carga de influenza globalmente, sino también para mejorar la respuesta de salud pública durante futuras pandemias en partes del mundo que sufren más muertes».
«Y para incrementar la consciencia del público sobre la importancia de la prevención de gripe» agrega la investigadora.
Los científicos afirman que es necesario reforzar los esfuerzos para la vigilancia y control de gripe en todo el mundo y crear «mejores estrategias y más precisas para contar con datos más representativos de la mortalidad de la enfermedad en futuras pandemias».
En el estudio también participaron investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, del Instituto de Investigación Médica de Kenia, el Centro Nacional de Influenza de Camboya, el Wellcome Trust y las universidades de Oxford y Cambridge en el Reino Unido y la Unidad de Investigación Médica Naval en Lima, Perú.
Vía Universidad de Guadalajara/BBCMundo