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Las tasas más altas se hallan en el sur y en el oeste medio
La obesidad sigue siendo una plaga para millones de personas en el mundo, y las tasas permanecen altas en la mayoría de los Estados Unidos y México. El sur y el oeste medio tienen las tasas más altas de obesidad adulta, con 23 de los 25 estados con unas tasas que superan ahora el 30 por ciento.
En 42 estados, los negros tienen tasas de obesidad de un 30 por ciento o más, al igual que los hispanos en 30 estados. En trece estados hay unas tasas de obesidad de un 30 por ciento o más entre los blancos.
«La epidemia de obesidad es una de las crisis de salud más graves del país», advirtió el lunes durante una conferencia de prensa matutina Jeff Levi, director ejecutivo de Trust for America’s Health.
Levi dijo que controlar el problema de la obesidad es un desafío complejo. Por un lado, la obesidad conlleva una responsabilidad individual, dijo. Por el otro, la magnitud del problema hace que esté claro que no se puede tratar como un asunto de un fallo individual, añadió.
«El éxito amerita hallar la manera en que hacer elecciones saludables resulte más fácil en nuestras vidas cotidianas», planteó Levi. «Los niños deben crecer con un peso sano, y todos los adultos necesitan tener la oportunidad de tener el mejor estado de salud que puedan, independientemente de su peso».
La buena noticia es que las tasas de obesidad han permanecido iguales en todos los estados menos cinco, señaló Levi. Aunque la tasa de obesidad no ha bajado en ningún estado, considera que esa estabilización es una señal esperanzadora.
«Lo vemos como una señal de progreso, y los esfuerzos realizados por ayudar a controlar la epidemia en los últimos años están teniendo un impacto, y son prueba de que si invertimos en programas efectivos, podemos cambiar las cosas», dijo Levi.
«Pero hasta ahora las inversiones han sido limitadas y no han sido suficiente para revertir la tendencia», añadió.
Como consecuencia, casi el 78 por ciento de los estadounidenses tienen un riesgo más alto de sufrir una variedad de problemas de salud relacionados con la obesidad, como las enfermedades cardiacas, la diabetes tipo 2 y el cáncer, advirtieron los investigadores.
Levi planteó que la prevención es esencial para acabar con la epidemia de obesidad. «Es más fácil y efectivo prevenir la obesidad que revertir las tendencias luego», dijo.
Esto significa fomentar una buena nutrición y la actividad física a una edad temprana, de forma que los niños comiencen la escuela con un peso saludable y sigan igual a medida que crecen, comentó Levi.
«Unos cambios pequeños que faciliten que se puedan comprar alimentos y bebidas saludables y ser físicamente activos pueden conducir a unas grandes diferencias», aseguró Levi.
Algunos programas que pueden resultar efectivos consisten en mejorar las comidas escolares, hacer que caminar por las calles sea seguro y aumentar los servicios preventivos de salud, sugirió. «Sabemos mucho sobre lo que funciona, y ahora solo tenemos que invertir en esos métodos», dijo Levi.
Otros hallazgos del informe incluyen:
El Dr. David Katz, director del Centro de Investigación sobre la Prevención de la Universidad de Yale, y presidente del Colegio Americano de Medicina del Estilo de Vida (American College of Lifestyle Medicine), afirmó que el nuevo informe es un «recordatorio de que la obesidad es una de las grandes urgencias de la salud pública moderna».
Pero añadió que «ese esfuerzo no será fácil en ninguna parte. Este informe indica que será más difícil en algunos lugares que en otros, y esos son los lugares donde la necesidad de cambio es más aguda».