
Sigilosamente y sin dejar rastros, dos delincuentes ingresaron a la vivienda de Freddy de León Barranco, de 57 años, y lo asesinaron para llevarse los enseres de su hogar.
A las 6:00 de la tarde del viernes, el cadáver de Freddy fue encontrado por su sobrino. Estaba bañado en sangre en la cocina de la residencia. Tenía heridas en el cuello producidas con un arma blanca.
Fuentes policiales aseguraron que en la casa, ubicada en la vereda 3 del sector 12, en la urbanización La Popular de San Francisco, no se evidenciaron protecciones ni cerraduras violentadas, lo que hace presumir que se trata de personas conocidas o allegadas a él.
De León trabajaba como salserín. Además, molía achote y el aliño lo vendía en el centro de la ciudad. El negocio lo atendía su sobrino, con quien vivía desde hacía algunos años.
Una vecina, Carmen Carrero, aseguró que “todavía a la 1:00 de la tarde, todo estaba bien, porque su esposo salió de la casa y no notó nada extraño”.
No obstante, Albert, el sobrino de Freddy, sí observó que algo estaba mal, cuando entró a la casa. No encontró el candado de la cerca principal y la nevera estaba abierta. Cuando volteó vio el cadáver de su familiar.
Los asesinos cargaron con la poca comida que había en la nevera. También se llevaron televisores, un equipo de sonido y otras pertenencias del trabajador del aseo urbano.
Sobre el robo y posterior asesinato nadie se dio cuenta, sino hasta después de las 6:00 de la tarde, que Albert prendió las alarmas al ver a su tío muerto.
“Es muy extraño todo esto. Nadie vio nada. Nadie escuchó nada”, criticó la vecina, quien tiene más de diez años conociendo a Freddy.
“Siempre fue un señor trabajador y muy tranquilo. Nunca tuvo problemas por aquí. Aunque la gente lo denunciaba, porque pensaba que comercializaba alimentos, cuando veía que sacaba el aliño que procesaba”, comentó la mujer.
El comerciante vivía con su sobrino, un hombre joven, de 32 años, aproximadamente. Su hermana, de nombre Blanca, lo visitaba frecuentemente.
Funcionarios de la policía científica llegaron al lugar del crimen, una casa pintada de amarillo, ubicada al borde de una cañada.
Allí colectaron las evidencias de carácter criminalístico e iniciaron las averiguaciones del crimen.
La casa estaba destrozada, como si los criminales buscaran algo en específico.
Trascendió que el comerciante no será velado. Su hermana en la morgue forense de LUZ se mostró dolida por lo ocurrido y aseguró que no habría acto velatorio. “Será enterrado de una vez”, sostuvo.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com