Con mensajes y llamadas hacen creer a víctimas que tienen control de sus vidas para sacarles dinero.
Suena el teléfono y un desconocido te informa que estás en peligro. Te da instrucciones y te extorsiona haciéndote creer que estás en sus manos, pero, en realidad, estás siendo víctima de un engaño telefónico conocido como secuestro virtual.
En estas mismas condiciones, pero a miles de kilómetros de su país, los integrantes del grupo español de música indie Delorean vivieron 30 horas de terror la semana pasada. Recibieron una llamada en un hotel donde se hospedaban en México, en la que les advertían que estaban en riesgo. Se dejaron convencer y terminaron en otro hotel por petición de los delincuentes, que a partir de allí empezaron a pedir un rescate a sus familiares.
No es el único caso reciente. Hace un par de semanas, un empresario también español fue liberado en México tras haber estado unas 20 horas autorretenido pensando que era presa del grupo narcotraficante de ‘los Zetas’. Esta modalidad también es utilizada en Argentina, donde el expresidente del equipo de fútbol Racing Club, Fernando Marín, fue engañado por delincuentes que imitaron la voz de uno de sus hijos y lo alertaban de que había sido tomado como rehén, cuando en realidad el joven dormía en casa con el celular apagado.
Este no es un delito nuevo, pues empezó a registrarse hace unos diez años en América Latina y se ha convertido en una práctica extendida en países como México y Argentina. Pero estas recientes denuncias evidencian que está en furor y que todavía hay quienes caen en la trampa.
“Es una especie de secuestro exprés virtual, que normalmente perpetúan delincuentes desde dentro de los penales con sus celulares, conectados con personas de afuera para captar el dinero”, explicó Raúl Benítez Manaut, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Normalmente, no hay contacto entre los supuestos captores y sus víctimas, aunque en algunas ocasiones pueden darse encuentros puntuales.
Benítez cree que “ya es muy difícil hacer este tipo de secuestro con los mexicanos porque ha habido concienciación” debido a las múltiples campañas gubernamentales que recomiendan que en estos casos se debe colgar de inmediato el teléfono.
Esto ha hecho que el secuestro virtual se haya “sofisticado” tomando como rehenes a desinformados visitantes extranjeros, advierte Samuel González, un exfiscal antidrogas de México. “Si usted estuviera en España o en Francia, probablemente no creería la llamada, pero si está en México y le dicen que está en peligro, pues claro que lo cree y ese es el componente psicológico de este secuestro”, afirma.
Cada vez son más los delincuentes que aprovechan la sensación de miedo e inseguridad en países latinoamericanos y las facilidades de la tecnología para extorsionar a las personas, tras obtener información con engaños o a través de las redes sociales.
Según los expertos, la proliferación de estos secuestros se debe a que la autoridad no ha dimensionado el significado de estos nuevos delitos y no cuenta con la capacidad para investigar el campo de la cibernética.
Además, tampoco existen barreras para el manejo de información pública en las redes sociales, por lo que cualquiera puede aprovechar el exceso de confianza, unir las piezas y descifrar la vida de una persona.
‘Son amenazas reales; de virtual tiene poco’
Los integrantes de la banda española Delorean, víctimas de un secuestro virtual en México, a donde habían viajado para participar en el festival electrónico Mutek, dieron su impresión de los hechos en un comunicado luego de ser liberados.
“Hemos sufrido una situación de terror que de virtual tiene bien poco”, dijeron los cuatro músicos: Ekhi Lopetegi, Guillermo Astrain, Unai Lazcano e Igor Escudero.
“Lo que ocurrió durante las siguientes 30 horas desde que fuimos secuestrados fue una experiencia en donde las amenazas de muerte eran absolutamente reales, debido, fundamentalmente, a la manipulación psicológica de la que son capaces los captores, auténticos profesionales del secuestro”, añadieron.
Según expertos, secuestros como el de Delorean probablemente se habrían acabado con colgar el teléfono. Los familiares de los músicos que recibieron la llamada de extorsión fueron los que no confiaron y se atrevieron a ir a la Policía para interponer una denuncia y gracias a esta el secuestro virtual pudo acabar sin pagarse el rescate.
Agencias