En los 13 años de servicio que el supervisor agregado Charles Rojas, de 35 años, tenía en el Cuerpo de Policía Bolivariana del estado Zulia (Cpbez), “se ganó varios enemigos criminales”, dijeron, ayer, autoridades que investigan su muerte.
Una megabanda dedicada al sicariato, secuestro y extorsión que opera en la Costa Oriental del Lago y que está vinculada con reos del retén El Marite habría “ofrecido una alta suma de dinero por su cabeza”, revelaron fuentes policiales.
Compañeros del oficial, acribillado al mediodía del miércoles pasado en Isla Dorada, afirmaron que Rojas “había recibido amenazas de muerte”.
Esas advertencias que el uniformado había recibido desde marzo del año pasado, “tras la detención de un hermano de Edwin Soto, alias “El Mocho Edwin”, reaparecieron el pasado 25 de abril, cuando Miguel Ángel Tabias Flores, hermano de “El Churry”, autor de la matanza de Isla de Toas, cayó abatido al enfrentarse a funcionarios de la Dirección de Inteligencia y Estrategias Preventivas (Diep) del Cpbez”.
En ambos procedimientos, realizados tras labores de inteligencia, participó Rojas.
Trascendió que el supervisor del Cpbez también estuvo en el enfrentamiento en el que cayó abatido “El Churry”, el 21 de septiembre de 2014 en la urbanización San Rafael, en Maracaibo. Sin embargo, esta versión no pudo ser confirmada por las autoridades.
“Desde ese mismo momento se la ‘juraron’ de nuevo. Dos reos de El Marite, ya identificados, iniciaron las conversaciones y planificaron el crimen de Rojas desde el retén. El miércoles concretaron el plan. Llamaron a los pistoleros para que lo atacaran cuando regresara a su residencia, luego de celebrar, con un almuerzo, la promoción de preescolar del menor de sus tres hijos”, indicó el informante.
El funcionario policial no pudo escapar de las amenazas ni de la muerte.
“Él mantuvo una lucha constante contra grupos criminales que operan en el Zulia. En la Costa Oriental del Lago atacó a delincuentes que obligaban a los pescadores a vender el buche de la corvina”, agregó la fuente.
Otra versión que trascendió por fuentes de la policía científica es que Rojas “andaba en malos pasos”.
A las 12:00 del mediodía del miércoles 24, dos pistoleros que se desplazaban en una moto blanca con rayas negras y rojas dispararon, en más de 30 oportunidades, contra el Chevrolet Aveo, blanco que conducía Rojas.
De copiloto iba su compadre y en la parte trasera del vehículo estaban las esposas de los hombres y otra mujer.
Cuando el funcionario llegaba a su residencia, en el conjunto Villa Lago II, en Isla Dorada, al norte de Maracaibo, lo sorprendieron a tiros.
Cuatro proyectiles alcanzaron su tórax y cabeza. Su compadre sufrió heridas rasantes en el dedo índice y el anular de la mano derecha. El resto de las personas resultó ileso.
Ayer en la mañana, en la capilla velatoria Ocando solo se escuchaba el llanto de familiares y compañeros de trabajo. “Él era un hombre dedicado a su trabajo y a su familia. No merecía morir de esa forma”, señaló un pariente.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com