Rigoberto Arias Castrillón dirige un negocio que le representa entre 80 y 100 millones de pesos al día. ‘Rigo’, como es conocido en el mundo del hampa, es el jefe del gancho ‘Manguera’, una de las cinco estructuras criminales que controlan la deprimida calle del Bronx en Bogotá. Por lo menos así era hasta este domingo cuando fue capturado en Venezuela.
La captura de ‘Rigo’, también conocido con los alias de ‘Don Fernando’ y ‘el Señor’, se produjo tres meses después de que su segundo al mando, alias ‘Puntilla’, cayera en una lujosa finca del eje cafetero. En esa oportunidad el general Luis Eduardo Martínez, comandante de la Policía de Bogotá, le advirtió a ‘Rigo’ que le estaban “pisando los talones” por lo que lo invitó a entregarse antes de ofrecer una recompensa de 120 millones de pesos por su cabeza.
Gracias a una circular azul de la Interpol, ‘Rigo’, fue detenido en el estado Falcón, según informó el general Néstor Reverol, exministro del Interior y Justicia venezolano. La historia criminal de ‘Rigo’, de 33 años, comenzó en Pereira, donde organizó una intrincada red de tráfico de drogas al menudeo que rápidamente creció y se extendió al sector del centro de la capital, a donde llegó con más de cien ‘sayayines’, los temibles sicarios que son el brazo armado de los ganchos en el ‘Bronx’.
Con semejante despliegue de fuerza y violencia, ‘Rigo’ se adueñó del 50 por ciento del negocio de tráfico de armas y estupefacientes que se mueve en la famosa calle bogotana y alcanzó tal grado de influencia que los otros ganchos reportaban parte de sus utilidades a la organización de ‘Rigo’ quien habría huido al país vecino al sentirse acorralado en Colombia.
Marihuana de Corinto, Cauca, y cocaina de San José del Guaviare, así como armas cortas, granadas y hasta fusiles hacen parte del inventario que la organización de ‘Rigo’ tendría a la venta en los ruinosos edificios del ‘Bronx’. Su captura se suma a la de los jefes de los ganchos ‘Homero’ y ‘Mosco’, los medio hermanos César González Díaz y Óscar Alcántara González, respectivamente.
Vía Semana.com