A Giovanella Finol la mataron el miércoles. Ayer, su expareja, detenido en Sabaneta, se quedó con su niña y su abuelo sufrió un infarto. Adrián Olivares amenazó a la docente de muerte luego que esta rompió la relación. Ordenó a unos secuacez seguirla para que acabaran con ella
El asesinato de Giovanella Paola Finol Áñez, la tarde del miércoles en su casa de Los Olivos, es apenas un eslabón en la cadena de calamidades que vive su familia. Ayer amaneció internado en la clínica La Sagrada Familia su abuelo, Miguel Áñez, de 69 años, uno de los testigos del crimen que Adrián Olivares ordenó desde la Cárcel Nacional de Maracaibo, en Sabaneta.
El casi septuagenario no solo debió soportar que cuatro sicarios le arrancaran la vida a su nieta: las amenazas de Olivares lo dejaron sin su biznieta de un año, la hija que Giova concibió con quien purga condena en Sabaneta por su participación en el homicidio del ganadero Antonio Meleán, el 28 de diciembre de 2008. "Si no me llevan a la niña antes de la medianoche les quemo la casa", fue el mensaje que recibieron de Olivares desde el penal.
Fue demasiado para su corazón. Ya había sufrido dos lesiones cardíacas en los últimos años. Así lo contó Miguel Alberto Áñez, hijo del anciano y tío de Giovanella en la puerta de la Unidad de Cuidados Intensivos. La casa amarilla de dos pisos en la calle 68A, número 61-40, con la placa de la familia Áñez Taimi, estaba desierta. En el porche, aún estaba la sabana con la sangre de la docente de preescolar, de apenas 22 años.
"Todos se fueron a la clínica", advirtió un vecino. "Y a la hija de la muerta se la llevaron secuestrada". Cada noticia le añadía más dolor a la escena. En la morgue de Maracaibo, amigos de la familia esperaban el ingreso del cadáver de la muchacha con dos balazos en la cabeza.
A pocas horas del homicidio, los parientes enlutados debieron dejar a la huérfana de madre en manos de sus abuelos paternos, los progenitores del reo, en el sector Primero de Mayo. "No fue que la secuestraron; nosotros mismos la llevamos. Si nos negábamos era la muerte segura", aseveró Miguel Alberto mientras esperaba noticias a la puerta de la UCI de La Sagrada Familia.
Peligro inminente
Giova y Adrián tenían seis años de relación. Los familiares no negaron que ella conociera de su mala reputación, pero insistieron en que la dama jamás lo creyó capaz de encargar su sicariato. "Esas son puras amenazas, él no me va a hacer nada", repetía cuando alguien le advertía sobre las consecuencias de su peligrosa unión. Ella decidió terminarla cuando era demasiado tarde.
Los deudos contaron que el hombre dispuso una escolta permanente tras la mujer. "No había un lugar donde fuera Giova que no la estuvieran siguiendo los tipos que él mandaba", aseguraron. Pero no tenían detalles de la relación. "Ella no hablaba de eso".
La describieron como una mujer jovial, carismática, "excelente hija, hermana, y madre". Explicaron que, luego del primer intento de sicariato, no se marchó de Los Olivos porque estaba convencida de que Adrián no cumpliría su palabra: "Si me dejáis te mato". Otros en el barrio afirmaron que no se fue "porque le amenazaron a la familia; si se iba se los mataban".
Hace dos semanas un vehículo rondaba la zona, la tarde del miércoles tres sujetos llegaron al frente de su residencia, y cuando ella salió le pidieron que entregara a su hija. Se presume que el pleito entre la pareja surgió porque Giovanella se negaba a llevarla a las visitas en el penal y ceder su custodia.
Hombre de cuidado
Lleva tres años preso por su vinculación con la muerte de Antonio Jesús Meleán Vergel. Se le acusa de haber conducido el vehículo donde viajaban Daniel Leal Prieto, Yeison Yoel Yépez Aragony y José Gregorio Frías, los dos primeros sicarios del ganadero. Sus cargos son "homicidio calificado en grado de complicidad, robo agravado de vehículo automotor y asociación para delinquir".
Hiram Aguilar Espina/Diario La Verdad
Esto si es impunidad.Como es posible q’las autoridades penitenciarias no puedan acabar con estos manejos sucios desde adentro de los penales.Flajelo q’cada dia obtiene mas poder
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