La cifra de muertes violentas contra mujeres, va en ascenso y mantiene en alerta a autoridades de seguridad del estado Zulia.
En lo que va de año, el femicidio ha cobrado fuerza con un total de cuarenta y ocho casos, perpetrados en la geografía regional. Abogadas, odontólogas, maestras, veterinarias, estudiantes, amas de casa y mujeres de la tercer edad han perdido la vida de forma cruel y trágica a mano de sus victimarios.
“Zulia por ser un estado con gran densidad poblacional y diversidad étnica, es una de las entidades en la que se presenta mayor número de casos de este delito. Sin embargo, la cifra es muy alarmante, ninguna mujer debe morir de forma violenta”, explicó Vileana Meleán, presidenta del Circuito Judicial Penal y jueza superior de la Corte de Apelaciones de Responsabilidad Penal con competencia en materia de Violencia contra las Mujeres.
Un hecho que develó drama, crueldad y conmoción lo vivió Ayarelis Perche, de 37 años. la noche del domingo 25 de agosto, en el municipio Mara.
Perche iba a una iglesia, ubicada en el sector La Sierrita, cuando un depredador sexual la asechó. La llevó bajo amenazas de muerte hasta una cañada, donde la golpeó, la intentó violar y, posteriomente, la estranguló.
De esa manera le quitaron la vida a una madre de tres hijos, quien además sufría de una condición especial.
En ese momento, Ayarelis pasó a formar parte de las frías estadísticas de mujeres víctimas de la violencia.
Este tipo de delito es penalizado según los artículos 64 y 65 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, pese a que más del 60% de los crímenes han quedado impunes, de acuerdo con fuentes policiales.
En más de la mitad de los casos de femicidios, los agresores son hombres conocidos, enamorados, compañeros o excompañeros de trabajo, exvecinos, delincuente del barrio seguido de los exesposos y parejas. Al menos, de los 48 casos, unas 16 mujeres han sido asesinadas por quien les juró amor eterno.
“Estos modus operandi se dan en la clandestinidad del hogar, cuando mucho los únicos testigos son los hijos.
En estos casos el testimonio de las mujeres es considerado como una prueba reina en la acusación. Es muy importante que la víctima no calle y denuncie a tiempo el maltrato, antes de que sea tarde. A veces las mujeres no lo hacen por temor, porque la persona que van a acusar es el padre de sus hijos”. explicó Meleán.
Un aspecto que alerta a las autoridades forenses es la saña con la que son asesinadas las mujeres. En la ejecución de los femicidios es más frecuente el empleo de medios que han calificado de “brutales”.
Generalmente son asesinadas con arma de fuego, fuerza física y armas blancas, como cuchillos, machetes y objetos punzopenetrantes.
En muchas circunstancias primero hubo violencia sexual y luego la muerte, desmembrando su cuerpo y enterrándola. También hubo golpes, torturas, envenenamiento y ahorcamiento
“Estos homicidas se ensañan contra las mujeres porque son el rostro del sufrimiento de la humanidad y son vulnerables en la sociedad”, indicó la autoridad judicial.
Para Nelly Ibarra de Rubio, coordinadora de la Unidad de Atención Integral a la Mujer Víctima de la Violencia, el femicidio es la forma más extrema de este tipo de violencia, ejercida por los hombres contra las mujeres, en su deseo de obtener poder, dominación o control.
Ibarra describe a los víctimarios: “Se trata de hombres que han presentado una conducta violenta y disocial, no solo en su relación de pareja sino en sus círculos sociales o lugar de trabajo”.
Veinte mujeres han muerto entre los móviles de venganza y ajuste de cuenta. Muchas de las víctimas se han visto involucradas en redes delictivas y sentimentalmente con reclusos de centros penitenciarios del país.
Tal caso caso es como el de la psicólogo Eva Marinú López, de 25 años, quien fue acribillada el pasado 20 de junio en la circunvalación 3, de Maracaibo. Su muerte la ordenó un recluso de la antigua Cárcel Nacional de Maracaibo, conocido como “El Edward”.
Respecto a esto, Meleán aseguró que el problema radica en la educación familiar que se le dé en el hogar. “Muchas mujeres son utilizadas como blanco fáciles para delinquir, sobre todo en el tráfico de droga, otras se enamoran de personas equivocadas para ellas”, dijo.
Para la abogada la comunidad también juega un papel fundamental en la lucha contra la violencia y maltrato a la mujer. “Estamos frente a un problema de todos y todas. Debemos articular mecanismos de forma segura para minimizar el maltrato doméstico. Los femicidios hay que atacarlos vengan de quien vengan”. advirtió Meléan.
Vía Panorama