
Isbelia de Jesús Rodríguez López, de 65 años de edad, falleció este jueves tras permanecer seis días recluida en la unidad de quemados del Hospital Coromoto. Perdió la batalla que inició el pasado sábado cuando resultó herida en la explosión de la refinería de Amuay, en el estado Falcón.
Rodríguez llegó el sábado a la 1.12 de la tarde al hospital de la capital zuliana con 75% de quemaduras en su cuerpo. La mujer era diabética y para el momento de la tragedia visitaba a una amiga residente de El Campito quien le ayudaba a tratar su enfermedad.
Desde su llegada al Coromoto, Rodríguez permaneció sedada. El día lunes se movió pero fue inyectada nuevamente para mantenerla calmada.
Mariela Rosa Rodríguez, prima de la dama, relató que Isbelia nunca reaccionó.
“Su estado era crítico y los médicos nunca nos mintieron”, declaró.
La víctima vivía con su esposo en la urbanización Ali Primera de Coro. Tenía cuatro hijos.
Rodríguez será sometida a una autopsia en la morgue de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia (LUZ).
Con el fallecimiento de Rodríguez se contabilizan 43 muertes por el incidente en Amuay.
Médicos aclaran
El coordinador de la unidad de quemados del Hospital Coromoto, Jesús Valdes, explicó tras conocerse el fallecimiento que Rodríguez había sido ingresada en el centro médico como una de las víctimas de la explosión de Amuay pero se conoció que el suceso en el que resultó herida no tiene ninguna vinculación con el incidente en la refinería.
Isbelia Rodríguez habría resultado afectada por la explosión de una bombona de gas en su residencia.
Vía Diario La Verdad
La “gran casualidad” de la explosión de la refinería de Amuay, es que en toda su gran extensión geográfica, coincida esta detonación; con la exacta destrucción de una de las empresas venezolanas de orden de producción diversa y competitiva, nacional e internacional; de las pocas que ya quedan aquí en Venezuela, en el sector privado; se trata de PURAMIN. Las diferentes instituciones venezolanas y los diversos técnicos, que asuman valientemente la responsabilidad de investigar integralmente esta catástrofe, deben dejar muy en claro; que esta gran coincidencia, no refleje un síntoma mas, de un encubierto acto terrorista. Acción vil, que calza muy bien, con el delineado programa futuro de monopolización del mercado mundial; trazado por la Corporación Británica, al gobierno venezolano; y cumplido a cabalidad por este desde sus inicios. Los investigadores deben tener muy en cuenta o hallar la relación de este siniestro, con la sorpresiva visita a Venezuela de Lukashenko, el 26 de junio de 2012; presidente de Bielorrusia, experto y experimentado en la destrucción del aparato productivo nacional privado de su nación. http://www.lucasblancoacosta.com
El verdadero objetivo del paro petrolero de 2002; sacar a Chávez no fue; más vale en ese entonces se fortaleció; fue sacar de PDVSA, a miles y miles de técnicos e ingenieros, muy bien preparados y entrenados por años en diferentes países, plantas y refinerías, con presupuesto venezolano; este era un personal invaluable, costoso y muy apetecido por las petroleras trasnacionales; y no tenían tiempo contiguo de complementar un equipo así; ya que se acercaba el alza de precios petroleros y era necesario aprovecharnos para ellos producir más.
El mismo Chávez tuvo la desfachatez de confesar varias veces en tv, que cuando uso aquel pito para despedir los primeros directivos y trabajadores, fue para limpiar a PDVSA. Esa limpieza significó el detrimento técnico y la disminución de la producción venezolana en los años de mejores estándares de precios petroleros; significo también la captación por parte de las trasnacionales de miles de técnicos e ingenieros petroleros venezolanos, para aprovechar los años de alza petrolera; tanto es así que muchos peritos venezolanos todavía se preguntan, cómo semanas antes del paro petrolero, se encontraban empresas petrolíferas trasnacionales solicitando sus currículos en Caracas y en el interior del país; pasó como el video juego que “profetizo” la explosión de Amuay. Bueno, aunque lo nieguen, la mala fama del detrimento técnico ahora también les está favoreciendo, contra la hipótesis de terrorismo de estado.