En Estados Unidos y la Unión Europea se ha levantado una alerta en la recolección indebida de datos personales y violación de la privacidad en los menores de edad.
Los juguetes inteligentes, en su mayoría conectados a internet se encuentran bajo la lupa por supuesta violación de la privacidad de millones de niños a través de un fabricante de juguetes chinos.
El cual ha sido acusado por grupos de personas en defensa del consumidor, quienes lo acusan de recolectar datos personales sin el consentimiento de sus usuarios.
Los muñecos Furby, causaron gran revuelo en su lanzamiento a finales de los 90, pues fueron los primeros de su tipo en poder relacionarse de manera interactiva con sus jóvenes propietarios. El atractivo es por su aparente inteligencia que ofrece y su capacidad de aprendizaje, además de mejorar sus facultades para hablar.
También pueden comunicarse vía a puerto infrarrojo. Los Furby empiezan hablando únicamente en Furbish, un idioma compuesto de pocas palabras, sílabas simples y sonidos varios, pero está programado para hablar cada vez menos Furbish y más español o el idioma del país en el que se ha distribuido.
Estos juguetes son populares entre algunos hackers, que han logrado interactuar con los Furby mediante las señales de infrarrojos.
Según reportes del Wall Street Journal, el fabricante Genesis Toys con base en Hong Kong, está siendo investigado luego de presentarse denuncias que comprometían a sus populares modelos My Friend Cayla e I-Que Intelligent Robot, ya que ambos recolectan información ilegal de datos personales de millones de niños que mantienen conversaciones a diarios con estos juguetes.
My friend Cayla escucha lo que dicen enviando las palabras para una aplicación que necesita ser instalado en cualquier iOS dispositivo o Android. Ese dispositivo que conecta a la muñeca mediante Bluetooth, luego traduce lo que han dicho, convirtiendo su voz en texto y utiliza palabras clave para buscar en Internet y obtener una respuesta. La aplicación traduce el texto nuevamente al habla y lo devuelve a la muñeca, quien responde después de un segundo de retraso.
El creador de la muñeca, Bob Delprincipe, dice: “Ella no es un buscador, es una niña de siete años, hay cosas que ella no sabe”. Y argumentó que aunque habían existido juguetes “inteligentes” antes, nunca se conoció de una muñeca conectada a Internet.
I-Que Intelligent Robot, sabe millones de cosas. Con luces y sonidos dinámicos y movimientos robóticos, pueden poner a prueba su conocimiento haciéndole preguntas. Este robot intentará sincronizar automáticamente con un dispositivo Bluetooth tan pronto como sea encendido.
Una coalición encabezada por la Campaña “Por una Niñez no Comercial” presentó una variedad de denuncias vinculadas a la protección de datos, protección al consumidor y regulaciones de seguridad en países europeos como Francia, Holanda, Bélgica, Irlanda y Noruega.
Los padres que compraron estos juguetes aseguran sentirse defraudados y exigen tener conocimiento desde el primer momento sobre prácticas de recolección de datos, lo que aseguran es un derecho, sobre todo teniendo en cuenta que involucra a menores de edad.
Según el reporte, el fabricante denunciado no cuenta con la autorización de los usuarios de sus productos para recolectar información de las grabaciones de voz de los niñosmientras interactúan con los juguetes. Al parecer, estos archivos de audio son enviados a terceros, entre los que se encuentra una compañía que diseña software de reconocimiento de voz que habría utilizado la información obtenida para ser capitalizada por otros productos con fines de lucro.
La reciente investigación sirve como llamado de atención para legisladores y grupos de defensa del consumidor, que no han podido seguir el ritmo de las nuevas tecnologías, con efectos negativos, al igual que el mundo de los smartphones y las aplicaciones diseñadas para estos.
Vía N24/www.diariorepublica.com