
Con una emotiva serenata matutina, cultores y artistas de la región conmemoraron el 13° aniversario de la inhumación de los restos de Felipe Pirela en el Panteón Regional del Zulia, un sitial de honor digno de su legado.
El evento se llenó de anécdotas y recuerdos compartidos por familiares y amigos del «Bolerista de América». Su primo, David Pirela, conocido como «Pipito» en su infancia, rememoró las travesuras que ambos hacían de niños en el barrio Santa Lucía, las cuales ponían a prueba la paciencia de Doña Lucía Morón González, la madre del artista.
Por su parte, Coris Pirela, también primo del cantante, compartió sus memorias del funeral de Pirela en 1972. Siendo niños, Coris y David no lograban comprender la magnitud del evento ni la enorme multitud que se desbordó en las calles de Santa Lucía para dar el último adiós a «El Malquerido», un apodo que resonaba con el sentimiento popular.
Un camino de vuelta a casa
La nota de prensa también detalla el solemne recorrido que culminó con el descanso final de Pirela en el Panteón Regional. Los restos del artista fueron exhumados en una ceremonia privada del cementerio Corazón de Jesús, su primera morada desde 1972.
Posteriormente, fueron trasladados a la Basílica de Chiquinquirá para una capilla ardiente y luego a la iglesia de Santa Lucía, lugares de gran significado para su vida y carrera. En todos estos actos protocolares, la presencia de su hija, Lenys Pirela, junto a otros familiares y figuras destacadas de la gaita como Ricardo Cepeda, subrayó la importancia de su legado en la cultura zuliana.
Vía Nota de prensa/Diario República.com




