Ni siquiera ha transcurrido una semana desde que los Cachorros de Chicago ganaron su primera Serie Mundial en más de un siglo, y los equipos ya están calentando las posibilidades de canjes con miras a 2017 y más allá.
Un flojo mercado de agentes libres en varias posiciones es lo que dado fuerza a las conversaciones. Frustrados por no conquistar el título de la Serie Mundial desde 1984, pese a tener una de las nóminas más caras, los Tigres parecen dispuestos a embarcarse en otra dirección.
«Tenemos la disposición de atender el interés que se tenga por cualquier jugador en nuestro roster», declaró el gerente de los Tigres Al Ávila. «Vamos a intentar de consolidar a esta organización a largo plazo, no para algo inmediato. Nuestra intención es embarcarnos para algo a largo plazo. Así que la transición, ese primer paso, será un poco difícil aquí».
El venezolano Miguel Cabrera, con 11 selecciones al Juego de Estrellas en su carrera y que se desempeña en la primera base, cumplirá 34 años de edad en abril. Cobrará un salario de 28 millones de dólares el año próximo, y 30 millones en cada una de las próximas campañas, y 32 millones en 2022 y 2023.
La nómina de Detroit alcanzó los 199 millones de dólares este año, solo por detrás de los Dodgers de Los Ángeles, los Yanquis de Nueva York y Boston. Los Tigres acabarían pagando 4 millones en concepto del impuesto de lujo. Una foja de 86-75, que le dejó a ocho juego detrás de Cleveland, campeones de la división Central de la Liga Americana, ha hecho que Detroit se replantee su estrategia.
«Si alguien piensa que solo puedes añadir y añadir, entonces ¿cuál puede ser el límite de una nómina», se preguntó Ávila.
Ávila, quien fue nombrado como gerente de los Tigres tras el despido de Dave Dombrowski en agosto de 2015, recordó la época en la que era el responsable de las operaciones para Latinoamérica de los Marlins bajo Dombrowski. Tras ganar la Serie Mundial de 1997, Florida dejó partir a veteranos como Kevin Brown, Al Leiter y Moisés Alou por orden del dueño H. Wayne Huizenga, quien estaba por vender la franquicia.
«Ese fue un remate total», dijo Ávila. «Este no es remate total. Esto es un cambio de filosofía».
Vía Meridiano/www.diariorepublica.com