El mundo vallenato amaneció consternado con la inesperada muerte del cantautor Diomedes Díaz, considerado el más grande entre los grandes; espontáneo, auténtico y genial, así puede describirse a quien fuera conocido como‘El Cacique de la Junta’, quien además siempre manifestó un gran temor a la muerte.
En muchas de sus canciones expresó una frase muy particular: ”Hay vida, pa’ que no se acabara”. En su tema ’Él Cóndor Herido’, dijo: “hay y no me quiero morir, porque me duelen mis hijos”, y en su último trabajo discográfico llamado ‘La vida del artista’, manifestó: ”La muerte tendrá que esperar”.
A su único biógrafo, Luis Mendoza Sierra, quien escribió el libro ‘Un muchacho llamado Diomedes’, le dijo que quería ser enterrado en La Junta, corregimiento de San Juan, La Guajira, donde nació el desaparecido cantante.“Ya tengo vista la montaña donde quiero que me entierren, me gustaría que me embalsamaran pa’ que mis seguidores me vean siempre”, sostuvo el cantautor.
No lo dejaron solo
Desde las primeras versiones no creíbles de la muerte de Díaz en su residencia a causa de un paro cardiaco, innumerables seguidores se volcaron a la Clínica del Cesar a expresar su dolor, con ovaciones a su nombre, amplificando su música en vehículos con fotografías y afiches, permanecieron todo el tiempo como si se tratara de un concierto.
Lo mismo ocurrió cuando fue llevado a Medicina legal, donde muchos amanecieron acompañando el cadáver.
Preparan la despedida
El alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales, decretó tres días de duelo por la pérdida del artista vallenato y manifestó que se prepara una despedida digna de la grandeza de Diomedes Díaz.
Por lo pronto, el cuerpo del artista será llevado a la Plaza Alfonso López, donde el público tenga la oportunidad de verlo. Posiblemente será velado en el Parque de la Leyenda Vallenata, donde permanecerá en Cámara Ardiente.
Agencias / Diario República
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