
Washington intensifica presencia militar: F/A-18 Super Hornet sobrevuelan el Caribe
La tensa coyuntura geopolítica en el Caribe y la persistente fricción entre Washington y Caracas escalaron este domingo 7 de diciembre de 2025, tras el avistamiento de dos cazas F/A-18 Super Hornet de la Marina de los Estados Unidos en una trayectoria próxima al espacio aéreo venezolano. Los sobrevuelos se producen en el contexto del reposicionamiento estratégico de activos navales estadounidenses de alto valor en la región, lo que ha sido interpretado por analistas como una clara muestra de presión militar sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
La detección fue confirmada a través de los registros de la plataforma de seguimiento de tráfico aéreo civil, FlightRadar24, un recurso comúnmente utilizado para monitorear aeronaves con transpondedores activos. Los aviones, identificados con los códigos de llamada “RHINO11” y “RHINO12”, fueron rastreados mientras ejecutaban una ruta sobre las aguas internacionales al norte de la isla de Curazao. Específicamente, su trayectoria los ubicó en un corredor marítimo directamente frente a la costa del estado venezolano de Falcón.
Los movimientos aéreos coincidieron, crucialmente, con la reanudación de las operaciones del Grupo de Ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford (CVN-78), la nave de guerra más avanzada y de mayor capacidad de la Armada estadounidense. El portaaviones, que alberga la escuadra de cazas F/A-18 Super Hornet, ha sido desplegado en la región como parte de las denominadas «operaciones de presencia» destinadas a la defensa de los intereses estadounidenses y la seguridad marítima. Esta coincidencia temporal subraya la naturaleza coordinada y potencialmente disuasoria de las maniobras.
El F/A-18 Super Hornet es considerado el pilar de la aviación embarcada de la Marina de los Estados Unidos. Se trata de un avión de combate supersónico, bimotor, y multimisión diseñado para operar tanto en escenarios aire-aire como aire-superficie. Su capacidad incluye el uso de un cañón interno de 20 mm, misiles guiados de medio y corto alcance, y la integración de una amplia gama de armamento de precisión. La presencia de estos activos cerca de la plataforma continental venezolana es un hecho de alto impacto que no pasa desapercibido para las autoridades militares de la región.
El gobierno de Caracas no ha emitido una declaración oficial inmediata sobre el incidente. No obstante, las incursiones o acercamientos de este tipo son históricamente condenados por Venezuela como violaciones a su soberanía y como actos de «provocación militar». La comunidad internacional sigue de cerca estos desarrollos, especialmente después de que Moscú, un aliado estratégico de Caracas, emitiera previamente una advertencia a Washington para que se abstenga de cualquier acción que pueda desencadenar un conflicto con Venezuela. Este incidente refuerza la preocupación sobre una posible escalada en la zona.
La operación, aunque se realiza en espacio aéreo internacional, representa una señal inequívoca de la intensificación de la vigilancia y la postura militar de Estados Unidos en respuesta a la volátil situación política interna de Venezuela y sus crecientes lazos con potencias rivales. La opinión pública y los medios continúan monitoreando la actividad del Grupo de Ataque del USS Gerald R. Ford, cuyos movimientos dictarán el tono de la seguridad regional en las próximas semanas.
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