
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela alcanzó un nuevo punto álgido este lunes 24 de noviembre con la detección de una significativa movilización de activos militares estadounidenses sobre aguas del Caribe, específicamente entre la costa venezolana y la isla de Curazao, separadas por apenas 65 kilómetros.
Según datos de la página de rastreo aéreo FlightRadar24, la fuerza de tareas incluyó:
Al menos un bombardero B-52.
Dos cazas F/A-18.
Una aeronave E-2 (de alerta temprana y control de operaciones).
Coincidencia con Acciones Unilaterales
Este sobrevuelo se produjo el mismo día en que Estados Unidos hizo efectiva la designación del “Cartel de los Soles” como Organización Terrorista Extranjera (FTO), una red que Washington acusa de estar dirigida por Nicolás Maduro y la cúpula militar venezolana.
La presencia de aeronaves militares de alto valor se enmarca en el inédito despliegue militar que Washington sostiene en aguas del Caribe desde este verano bajo el argumento de combatir el narcotráfico.
Impacto en la Aviación Civil
La actividad militar se ha reflejado inmediatamente en el tráfico aéreo civil. La movilización coincide con la cascada de cancelaciones de vuelos por parte de aerolíneas internacionales, a raíz del aviso de seguridad emitido el pasado sábado 22 por la Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense, que instó a «extremar la precaución» al sobrevolar territorio venezolano.
Desde el sábado, al menos 22 vuelos programados para salir desde Caracas han sido cancelados.
Movimientos Estratégicos en el Caribe
Las tensiones se ven reforzadas por los movimientos estratégicos de la cúpula militar de EE. UU. El mismo lunes 24, el jefe del Estado Mayor estadounidense, Dan Caine, visitó Puerto Rico y tiene prevista una reunión este martes 25 con la primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar, afianzando la coordinación con los aliados militares de Washington en el Caribe.
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