
Xiomara Castro denuncia injerencia «descarada» de Trump en comicios de Honduras
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha alzado su voz en un contundente llamado a la soberanía nacional, denunciando la «descarada» injerencia de Estados Unidos, específicamente del expresidente Donald Trump, en el proceso electoral hondureño del pasado mes de noviembre. La mandataria hizo estas declaraciones durante una solemne ceremonia de conmemoración del bicentenario del Ejército hondureño en Tegucigalpa, marcando un hito en la política exterior del país.
»No más golpe de Estado, no más fraudes, no más intromisión extranjera, no más venta de nuestro territorio y no más corrupción», declaró la presidenta Castro, encapsulando la frustración y el compromiso de su administración con la integridad del país. Sus palabras resuenan como un manifiesto contra las prácticas que, según afirmó, han socavado la voluntad popular.
Amenazas y limitación del sufragio
La denuncia de Castro se centró en el impacto directo que, según ella, tuvieron las acciones de la administración Trump en la jornada electoral. La presidenta no solo señaló la presión política, sino que también solicitó una investigación exhaustiva sobre las «amenazas de maras y pandillas a los votantes del Partido Libre en diferentes partes del país» reportadas durante los comicios.
»Resistimos con estoicismo, pero con gran indignación, la descarada injerencia extranjera del presidente de Estados Unidos, Donald Trump», reiteró Castro, basándose en informes como el de Telesur. La mandataria explicó que estas amenazas e intromisiones «impidieron el libre sufragio» y limitaron la capacidad de la ciudadanía para «expresar su voluntad libremente» en las urnas. Este señalamiento directo a una potencia extranjera subraya la gravedad de las acusaciones y la firmeza de la postura presidencial.
Un llamado a la soberanía y la integridad
Para la presidenta Castro, el futuro de Honduras depende de un liderazgo que esté dispuesto a salvaguardar los pilares fundamentales de la nación. Destacó que el porvenir exige líderes que protejan la integridad territorial, la independencia y la soberanía del país, y que garanticen el respeto a la voluntad popular sin condicionamientos externos.
El mensaje fue claro y dirigido tanto a la comunidad nacional como internacional: Honduras debe asegurarse de que «nunca más sea entregado al crimen organizado» ni a intereses extranjeros. La conmemoración del Ejército se convirtió en el escenario ideal para reafirmar que las Fuerzas Armadas deben ser garantes de la democracia interna y protectoras contra toda forma de intromisión, reforzando la necesidad de una postura firme frente a la geopolítica regional.
La alusión directa a la administración Trump, sin suavizar el lenguaje, marca un giro en la diplomacia hondureña y establece un precedente en la defensa de la autonomía electoral y la soberanía nacional frente a las potencias mundiales.
www.diariorepublica.com



