
El legendario bombardero estratégico B-52H Stratofortress, un pilar del poder aéreo estadounidense con más de seis décadas de servicio, ha vuelto a captar la atención mundial. Una reciente prueba de vuelo sugiere que Estados Unidos está a punto de integrar su misil de crucero nuclear más avanzado y sigiloso, el AGM-181A Long-Range Standoff (LRSO), en la plataforma.
El nuevo misil: Un elemento clave para la disuasión
El 29 de octubre de 2025, un B-52H con distintivos de prueba fue fotografiado sobre el valle Owens de California portando dos cargas externas bajo su ala derecha. Las características de los objetos —incluyendo una cola en T invertida, alas plegables y un perfil aerodinámico furtivo— coinciden notablemente con la única representación pública conocida del LRSO.
Aunque la Fuerza Aérea de EE. UU. no ha confirmado oficialmente la prueba, la evidencia fotográfica y el contexto estratégico son contundentes:
Alcance y sigilo: El misil LRSO está diseñado para ser lanzado desde el aire y se estima que su alcance supera los 2.500 km. A diferencia de misiles anteriores, su diseño trapezoidal y perfil angulado sugieren una marcada capacidad furtiva (stealth), crucial para penetrar las defensas aéreas modernas de adversarios avanzados.
Ojiva W80-4: El LRSO está destinado a portar la ojiva termonuclear modernizada W80 Mod 4, con un rendimiento programable, lo que garantiza su papel exclusivo en misiones nucleares, sin una variante convencional.
La adaptabilidad de un gigante
La elección de acoplar una de las armas más modernas a una aeronave diseñada en los años 50 subraya la extraordinaria adaptabilidad y longevidad del B-52. El Stratofortress, que se espera continúe en servicio hasta bien entrada la década de 2050, se está modernizando para seguir siendo un componente fiable en la proyección de fuerza de largo alcance.
La integración del LRSO con el B-52H (y el futuro bombardero furtivo B-21 Raider) es un movimiento estratégico fundamental que refuerza la tríada nuclear estadounidense —compuesta por misiles lanzados desde submarinos, silos terrestres y bombarderos aéreos.
«Este ensayo no es solo una prueba técnica: es una señal estratégica. El despliegue del LRSO subraya que la disuasión nuclear sigue siendo la piedra angular del equilibrio global y que EE. UU. está invirtiendo en la capacidad de ataque de largo alcance para operar en entornos de alta amenaza», señalan expertos en defensa.
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