
Una explosión a bordo del buque mercante MV W-Sapphire sacudió la noche del lunes 18 de agosto el puerto de Baltimore, Maryland, cerca del lugar donde, en marzo de 2024, colapsó el puente Francis Scott Key tras la colisión de un portacontenedores. El incidente, aunque controlado rápidamente, generó alarma en la región debido a su proximidad con el sitio de la tragedia previa.
El W-Sapphire, un granelero de 229 metros de eslora y registro internacional, sufrió daños compatibles con un incendio seguido de una explosión, según informó el Departamento de Gestión de Emergencias de Maryland (Mdem). Inmediatamente, el Cuerpo de Bomberos de Baltimore (Bcfd), equipado con la única embarcación contra incendios de operación permanente en la región, el John R. Frazier, lideró una respuesta coordinada por tierra y agua. Al llegar al lugar, las autoridades confirmaron que el buque permanecía a flote, asistido por remolcadores, y que sus 23 tripulantes estaban ilesos, publica Infobae.
No se reportaron lesiones ni daños significativos fuera del navío”, señaló el Mdem en un comunicado oficial, desmintiendo rumores que circularon en redes sociales tras la difusión de videos de la explosión. La rápida intervención evitó que el incidente escalara, protegiendo tanto a la tripulación como al entorno portuario en el río Patapsco.
El suceso reavivó recuerdos del colapso del puente Francis Scott Key, un evento que dejó seis trabajadores fallecidos y paralizó temporalmente las operaciones del puerto, uno de los más importantes de la costa este de Estados Unidos. Aunque el incidente del W-Sapphire no tuvo consecuencias comparables, subraya los desafíos de seguridad en una zona crítica para el comercio marítimo.
La Guardia Costera de Estados Unidos, junto con otras agencias, ha iniciado una investigación para determinar las causas de la explosión. El buque fue trasladado a una zona de fondeo bajo vigilancia, donde permanecerá mientras se realizan las pesquisas. “Estamos comprometidos con esclarecer los hechos para garantizar la seguridad del puerto”, afirmó un portavoz de la Guardia Costera.
El John R. Frazier, adquirido en 2007 con fondos federales, demostró su relevancia en la respuesta al incidente. Esta embarcación, única en su tipo en la Bahía de Chesapeake, permite atender emergencias marítimas con rapidez y eficacia, consolidando la capacidad de Baltimore para gestionar crisis en su puerto.
El incidente, aunque contenido, destaca la importancia de fortalecer los protocolos de seguridad en el transporte marítimo. Mientras las autoridades continúan evaluando el evento, el puerto de Baltimore sigue operando con normalidad, pero bajo un renovado escrutinio sobre las medidas preventivas en una de las arterias comerciales más estratégicas del país.
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