El papa Francisco ofreció una misa al aire libre en la ciudad filipina de Tacloban, que fue devastada por el tifón Haiyan hace poco más de un año.
Decenas de miles de personas se congregaron en el lugar pese a una fuerte tormenta, para estar presentes en el servicio religioso.
El Papa afirmó que apenas supo de la catástrofe causada por el tifón, decidió que iría a Filipinas.
Francisco iba a reunirse en la localidad de Palo con sobrevivientes y familiares de algunas de las 6.000 personas que murieron en el peor desastre natural del país. Sin embargo, la fuerte lluvia obligó a su séquito a recortar la visita del sumo pontífice a esa zona.
«Gracias por vuestra cálida bienvenida», dijo ante los fieles que se encontraban dentro de la Catedral de Palo. «Os voy a decir una cosa que me apena. Estaba programado que el avión volviera a Manila a las 5, pero hay un tifón de segundo grado que se acerca, y el piloto del avión nos ha dicho que tenemos que salir a la una (…) Os pido perdón por ello», añadió el pontífice.
El Papa visita a Filipinas -donde hay unos 80 millones de católicos- como parte de su gira de seis días por Asia.
El tifón Haiyan, que sigue siendo el más poderoso que haya azotado al archipiélago en toda su historia, creó olas de siete metros y destruyó prácticamente todo lo que tocó a su paso el 8 de noviembre de 2013.
Creca del 90% de la ciudad de Tacloban, en la provincia de Leyte, fue destruido y más de 14,5 millones de personas se vieron afectadas en seis regiones y 44 provincias. Un millón de personas permanecen aún sin hogar.
La lluvia fue la testigo presencial de la visita del pontífice, según destacó el enviado especial de la BBC en Tacloban, Rupert Wingfield-Hayes.
Muchos comenzaron a reunirse en el aeropuerto antes de que atardeciera el viernes, permaneciendo de pie toda la noche con sus ponchos, ya que los paraguas no estaban permitidos.
Una familia con la que se entrevistó nuestro enviado especial viajó 18 horas desde Ciudad Davao, en Mindanao. No tenían entradas para la misa, pero no estaban preocupados ya que lo único que querían era estar allí para lo que consideraban el mayor evento de sus vidas.
El Papa ofició la misa en español con traducción simultánea al inglés. Habló del devastador impacto del tifón Haiyan.
«Tantos de ustedes han perdido todo. No sé que decirles. No tengo palabras. Él (Señor) sí sabe que decirles. Tantos de ustedes han perdido la familia y yo sólo puedo guardar silencio. Sólo se les puede acompañar en silencio», dijo emocionado.
Y hubo silencio en el momento en que los miles de presentes oraron por las víctimas y lo único que se escuchaba era la lluvia caer.
Vía Agencias / www.diariorepublica.com