El huracán Francine se dirigió hacia Louisiana el miércoles, mientras los residentes realizaban viajes de última hora bajo la lluvia matutina para abastecerse de las últimas provisiones en los negocios cerrados.
Se espera que la tormenta toque tierra en las próximas horas, mientras los meteorólogos aumentan las amenazas de marejadas ciclónicas potencialmente mortales, inundaciones generalizadas y vientos destructivos en la costa norte del Golfo de Estados Unidos.
En Morgan City, Luisiana, las gasolineras ya han colocado contrachapado en las ventanas y han trasladado los cubos de basura al interior, pero unos pocos surtidores seguían atendiendo al goteo de coches que pasaban por allí poco después del amanecer del miércoles.
Francine se alimentó de las aguas excesivamente cálidas del Golfo de México para saltar de tormenta tropical a huracán de categoría 1 el martes por la noche. El Centro Nacional de Huracanes dijo que Francine podría incluso alcanzar fuerza de categoría 2 con vientos de 96 a 110 mph (155 a 175 kph) antes de estrellarse contra una frágil región costera que aún no se ha recuperado totalmente de una serie de huracanes devastadores desde 2020.
El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, advirtió al mediodía del martes -cuando Francine todavía era una tormenta tropical- que los residentes alrededor del sur de Luisiana y en la capital del estado densamente poblada de Baton Rouge y la cercana Nueva Orleans – debían “cerrar todas las escotillas” y terminar los últimos preparativos antes de que se cerrara una ventana de 24 horas para hacerlo.
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Via NAM/Diario Republica