
Una jornada de bloqueos a nivel nacional en Francia terminó con más de 470 personas detenidas y un despliegue policial sin precedentes. Cerca de 200.000 personas participaron en las más de 800 concentraciones que se convocaron en todo el país.
El operativo de seguridad movilizó a 175.000 personas, incluyendo 80.000 agentes y gendarmes, en un esfuerzo por contener las protestas, incendios y problemas en el transporte. El balance de heridos fue relativamente bajo, con 13 policías afectados.
Detalles de la jornada y puntos de tensión
París, la capital, fue el epicentro de los arrestos, con casi 200 detenciones. La fiscal de la ciudad, Laure Beccuau, confirmó que de las 339 personas bajo custodia, un centenar estaba en la capital. Las protestas se concentraron en la Plaza de la República y la Plaza de Châtelet, cerca del ayuntamiento.
En estos puntos, miles de manifestantes expresaron su descontento con pancartas que abordaban una mezcla de temas, desde la guerra en Gaza hasta la situación de la educación, la sanidad y la pérdida de poder adquisitivo. Sin embargo, las consignas más fuertes fueron dirigidas contra el presidente Emmanuel Macron.
Un manifestante, Jérôme Didier, captó la atención con un urinario en la cabeza, en el que se leía: «Estamos en la mierda», junto a los nombres de Macron y el ex primer ministro François Bayrou. «Ellos nos han llevado a esta situación de crisis económica y política», afirmó Didier, quien criticó la elección de un nuevo primer ministro y la percepción de que Macron no escucha a los ciudadanos.
Un “clima de insurrección” y la sombra de los chalecos amarillos
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, calificó la situación como un “clima de insurrección” y contrastó la “Francia del coraje” con la “Francia del sabotaje”, en alusión a los esfuerzos de la policía para minimizar los bloqueos. El gran despliegue policial se debió a que las acciones no seguían un itinerario fijo, sino que eran dispersas e imprevisibles.
Las autoridades temían que la situación se saliera de control, de manera similar a lo que ocurrió con el movimiento de los chalecos amarillos en 2018, que comenzó espontáneamente en redes sociales y terminó paralizando el país con manifestaciones violentas.
En París, cerca de mil manifestantes intentaron sin éxito acceder a la Estación del Norte, una de las más transitadas de Europa. Las movilizaciones cambiaron de ubicación a lo largo del día, afectando a un centenar de institutos. A pesar de los incidentes, el llamamiento a la huelga tuvo poco seguimiento entre los funcionarios, con solo un 4% de participación.
Vía El País/Diario República.com



