
Las secuelas del huracán Melissa continúan revelando una magnitud de devastación superior a las estimaciones iniciales. Naciones Unidas ha actualizado las cifras de daños en Cuba, elevando significativamente el balance en vivienda y agricultura tras el paso del ciclón de categoría 3 hace cerca de dos semanas.
Según los nuevos datos oficiales proporcionados por la ONU a la agencia EFE, el devastador evento meteorológico ha dañado más de 90.000 viviendas y ha arrasado 100.000 hectáreas de cultivos en la zona oriental de la isla. Estas cifras representan un sombrío incremento con respecto a los últimos reportes del Gobierno cubano: un aumento de alrededor del 15\% en el número de hogares afectados (total o parcialmente) y un 22\% adicional en la superficie agrícola devastada.
Una delegación de Naciones Unidas, tras evaluar los efectos sobre el terreno, ha calificado de «enorme» el impacto provocado por Melissa, cuyos vientos alcanzaron hasta 200 kilómetros por hora y dejó acumulados de lluvia de hasta 400 milímetros en algunas regiones. A pesar de los cuantiosos daños materiales, afortunadamente, hasta el momento no se han notificado víctimas mortales.
Daños en la infraestructura esencial: Salud y educación comprometidas
La afectación no se limita al sector residencial y agrícola. Los informes oficiales preliminares subrayan un severo golpe a la infraestructura social:
Unas 600 infraestructuras médicas estatales.
Más de 2.000 centros educativos.
Estas instalaciones han sufrido daños de diversa consideración, poniendo en jaque servicios esenciales para la población damnificada.
Adicionalmente, se reportan afectaciones críticas en la infraestructura vital, incluyendo puentes, carreteras, vías de ferrocarril, presas y antenas telefónicas. La situación más grave persiste en el Sistema Energético Nacional (SEN), ya aquejado por problemas crónicos. Cerca de un tercio de los clientes en las cinco provincias impactadas por Melissa continúan sin servicio eléctrico, a punto de cumplirse las dos semanas del paso del huracán.
Respuesta humanitaria y contexto de crisis
El número total de damnificados por Melissa se estima en 3,5 millones de personas, con cerca de un millón de ellas catalogadas como «severamente afectadas» y con necesidades básicas urgentes.
Ante esta emergencia, Naciones Unidas presentó la semana pasada un Plan de Acción para Cuba, solicitando 74,2 millones de dólares a la comunidad internacional para atender las necesidades más apremiantes de la población.
La magnitud de esta devastación ocurre en un contexto económico extremadamente desfavorable para Cuba. El país lleva más de cinco años sumido en una grave crisis, caracterizada por la escasez de productos básicos (alimentos, medicinas, combustible), una contracción económica con elevada inflación, prolongados apagones diarios y una fuerte ola migratoria.
En este marco, el Gobierno cubano ha comenzado a recibir las primeras muestras de apoyo internacional. Recientemente, ha expresado su agradecimiento al presidente de Francia por su «solidaridad» con los afectados. La respuesta y la recuperación se auguran largas y complejas, dada la magnitud del desastre y la precaria situación económica de la nación.
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