
El Kremlin ha reaccionado con una mezcla de desafío y pragmatismo a la reciente imposición de sanciones por parte de Estados Unidos a las principales compañías petroleras de Rusia, Rosneft y Lukoil. Este nuevo movimiento de Washington, justificado como respuesta a la falta de progreso de Moscú en el proceso de paz en Ucrania, ha profundizado el deterioro de las ya tensas relaciones bilaterales.
Respuesta del Kremlin: Actuar “a favor de Rusia”
El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, minimizó el posible impacto de las medidas dictadas por el gobierno de Donald Trump. «Analizaremos las sanciones y responderemos de la forma que más convenga a nuestro país. No tomamos decisiones contra otros, sino a favor de Rusia», declaró Peskov durante su encuentro habitual con la prensa.
En un tono que denotaba desafío, el vocero del Kremlin respondió directamente al comentario del presidente Trump, quien había sugerido que el efecto real de las sanciones se vería «en seis meses». Peskov replicó: «Dios mediante, veremos qué ocurre en seis meses o en un año».
Putin: Un «Gesto Hostil» sin Efecto Significativo
Por su parte, el presidente Vladímir Putin calificó las sanciones como un «gesto hostil», aunque se mostró escéptico respecto a un impacto significativo en la economía nacional. El mandatario advirtió que tales medidas «no favorecen el diálogo ni la estabilidad global» y podrían desencadenar un aumento en los precios del petróleo en los mercados internacionales.
Putin reafirmó el principio de soberanía de la nación, declarando que Rusia «no se somete a presiones externas». «Un país soberano no toma decisiones bajo amenazas. Rusia tiene el privilegio de actuar con independencia», sentenció, defendiendo la necesidad de diálogo sobre la confrontación.
Justificación de Washington y Escalada de Tensión
Desde Washington, el Departamento del Tesoro explicó que el objetivo de las sanciones es limitar las operaciones internacionales de Rosneft y Lukoil, consideradas pilares de la economía rusa, ante lo que perciben como una falta de cooperación del Kremlin en el conflicto ucraniano.
Este intercambio de declaraciones subraya el endurecimiento del discurso entre Estados Unidos y Rusia, con el sector energético emergiendo como un punto focal en el tablero geopolítico y las relaciones diplomáticas en un punto de máxima tensión.
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