Un veterano del Ejército se ha prendido fuego, dos días después de que otro indignado israelí muriera tras haberse inmolado durante una multitudinaria protesta contra el recorte del Estado de bienestar. El hombre, de 45 años, fue trasladado al hospital en estado grave y con quemaduras en el 80% de su cuerpo.
Esta nueva víctima, que se desplaza en silla de ruedas, sacó un bidón de gasolina en una estación de autobús próxima a Tel Aviv, se roció y se quemó a lo bonzo. Fueron los testigos que se encontraban en al calle los que corrieron a socorrerle y extinguieron el fuego, según publica la edición digital del diario Haaretz.
“Vi a un hombre que vaciaba una botella sobre su cuerpo e inmediatamente comprendí que era gasolina y no agua”, dijo al diario uno de los testigos, que se encontraba subido en su coche frente a la parada del autobús. “Paré y corrí hacia él. Vi que sujetaba un mechero y le pedí que no lo hiciera, pero lo hizo. Corrí a mi coche a por un pequeño extintor. Duró entre dos y 10 segundos”, añadió.
Dudi Gilboa, otro veterano y conocido de la víctima explicó a la radio israelí que el hombre se inmoló después de haber protagonizado varias disputas con las autoridades responsables de los programas de rehabilitación de veteranos. “Las circunstancias que le llevaron a ejecutar este acto de desesperación son de índole financiera. Tiene serias dificultades financieras”, indicó Gilboa.
Moshe Silman, de 57 años, fue el primer manifestante que optó por prenderse fuego para llamar la atención sobre las penurias económicas que atraviesan buena parte de los ciudadanos en Israel, un país tremendamente desigual. Silman, convertido ya en un símbolo de la precariedad y de la indignación israelí, sucumbió el pasado viernes a sus quemaduras. Su familia, emitió un comunicado con el que trató en vano de evitar que otros emulen a Silman. “Las vidas humanas son sagradas para la familia y pedimos a los que atraviesen similares infortunios, que no sigan el ejemplo de Moshe”.
Vía El País de España