El secretario de Estado, Mike Pompeo, urgió el lunes a los Estados miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) a suspender a Venezuela como miembro para “respaldar sus palabras con acciones” y enviar un “mensaje” sobre democracia al Gobierno de Nicolás Maduro.

“La suspensión no es un objetivo en sí mismo, pero hay que respaldar las palabras con acciones”, dijo Pompeo, que intervino en la Asamblea General de la OEA, el foro político más importante del organismo, que comenzó hoy.

Pompeo consideró que la suspensión de Venezuela, que debería votarse en una sesión especial de la Asamblea General, enviaría un «mensaje» a Maduro y le dejaría claro que solo pueden formar parte de la «familia de naciones», que es la OEA, aquellos países que cumplen con los requisitos diplomáticos.

«Además de la suspensión, pido medidas adicionales contra el régimen de Maduro hasta que haya la presión necesaria para que la gente pueda tener acceso a ayuda humanitaria», subrayó Pompeo, que reiteró las continuas peticiones de Estados Unidos para que Maduro permita la entrada de ayuda humanitaria.

«Pedimos a la OEA que haga esto hoy con respecto a Venezuela y que, en el futuro, lo haga con cualquier otra nación o región», subrayó Pompeo.

Aseveró que: “Si bien vemos con beneplácito la liberación de presos políticos, nuestra política hacia Venezuela se mantiene intacta. Promovemos que sigan las sanciones y el aislamiento por el bien de la región y del mundo“.

Para suspender a Venezuela en esa Asamblea General extraordinaria, son necesarios 24 votos, es decir, dos tercios de los 34 países que son miembros activos de la OEA (Cuba pertenece al organismo pero no participa en él desde 1962).

Venezuela ya pidió dejar la OEA en abril de 2017, aunque su salida no se hará efectiva hasta 2019. A pesar de que ha pedido salir de la OEA, su expulsión tendría un gran contenido simbólico.

EFE