
La Princesa de Asturias, Leonor de Borbón, ha marcado un significativo hito en su formación militar al completar con éxito su primer vuelo en solitario en la Academia General del Aire y del Espacio (AGA). A los mandos de un avión de entrenamiento Pilatus PC-21, la Heredera de la Corona demostró su pericia y dedicación apenas cuatro meses después de iniciar su instrucción como alférez.
La Casa Real española comunicó este viernes la culminación de esta fase crucial. Para alcanzar este punto, la Princesa Leonor superó una rigurosa preparación que incluyó una intensa formación teórica, numerosas sesiones en el simulador de vuelo de última generación y, por supuesto, una exhaustiva instrucción de vuelo real junto a sus instructores. El objetivo principal era garantizar la seguridad y la plena capacidad para operar la aeronave de manera autónoma, un logro que se materializó este jueves.
Un paso gigante en su carrera militar
El primer vuelo en solitario es considerado uno de los momentos más emblemáticos y exigentes en la carrera de cualquier piloto. Requiere no solo la asimilación técnica del manejo de la aeronave, sino también una gran dosis de confianza, autocontrol y precisión. La Princesa de Asturias lo ha completado con brillantez, simbolizando su total inmersión en la vida militar y su compromiso con las responsabilidades que asumirá como futura Jefa Suprema de las Fuerzas Armadas.
La aeronave utilizada para esta gesta fue el moderno Pilatus PC-21, un turbohélice de altas prestaciones elegido por el Ejército del Aire y del Espacio para la formación de sus futuros pilotos. Este avión permite a los alumnos adquirir las habilidades necesarias antes de pasar a aeronaves de combate más complejas. Las maniobras realizadas durante el ejercicio de toma y despegue fueron ejecutadas con la precisión que se espera de un cadete en esta etapa avanzada de su formación.
El pasado 1 de septiembre, la Princesa Leonor ingresó en la Academia General del Aire en San Javier (Murcia), cumpliendo con la etapa final de su adiestramiento castrense, que está diseñado para dotarla de una comprensión integral de los tres Ejércitos. Previamente, pasó por el Ejército de Tierra en la Academia General Militar de Zaragoza y por la Armada en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra). Este periodo de tres años es fundamental para prepararla para su rol constitucional.
Para documentar este importante acontecimiento, la Casa Real distribuyó un conjunto de 19 fotografías y varios vídeos que capturan la seriedad y la emoción del momento. Las imágenes muestran a la Heredera concentrada en la cabina del Pilatus, comunicándose con la torre de control, y realizando las complejas maniobras de aproximación y aterrizaje en la base aérea de San Javier.
Una vez completado el vuelo, la Princesa Leonor fue recibida con el tradicional saludo de sus compañeros cadetes, quienes reconocieron la trascendencia de su logro. Este acto no solo subraya su progreso individual, sino que también refuerza el espíritu de cuerpo y la camaradería que define la vida en la academia militar. Este hito la acerca un paso más a completar su formación integral, consolidándola como una figura clave y altamente preparada para el futuro de la monarquía española. Su dedicación es un reflejo del rigor y la excelencia que caracterizan a las Fuerzas Armadas.
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