Brasil espera la decisión del presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, sobre un posible juicio con miras a la destitución de la mandataria Dilma Rousseff, que puede llegar a precipitarse por nuevas denuncias de maniobras fiscales irregulares.
Cunha está en la lista de medio centenar de políticos sospechosos de integrar la red de corrupción que operó en la estatal Petrobras, pero su cargo le da la potestad de decidir sobre un posible proceso contra Rousseff, a quien la oposición pretende desalojar del poder por irregularidades en las cuentas fiscales del año pasado.
La decisión de Cunha, que mantiene en vilo al país, puede ser tomada esta misma semana, según dijeron diversas fuentes políticas, aunque el presidente de la Cámara de Diputados ha dado señales de que pretende negociar con distintos partidos antes de anunciarla.
El presidente de los Diputados tiene actualmente sobre su mesa una petición de juicio contra la jefe de Estado presentada por un grupo de reconocidos juristas, incluyendo Helio Bicudo, uno de los fundadores del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y hoy disidente de la formación, que acusa a Rousseff de maquillar los balances de las cuentas públicas.
El Tribunal de Cuentas de la Unión, órgano de contraloría del Estado brasileño, reprobó la semana pasada los balances del Gobierno de Rousseff referentes a 2014, cuando fue reelegida, y pidió que el Congreso haga lo mismo, lo cual puede dar pie al proceso de destitución.
La misma incertidumbre que se cierne sobre el futuro de Rousseff pesa sobre Cunha, sobre todo porque en los últimos días han surgido nuevos indicios de que obtuvo al menos cinco millones de dólares de la red de corrupción que operó en Petrobras y que habría depositado en cuentas secretas en Suiza.
Vía UN / www.diariorepublica.com