
Moscú pide evitar el «deslizamiento» hacia un conflicto de gran escala en el Caribe
El Gobierno de Rusia ha emitido una seria advertencia a Estados Unidos sobre las potenciales consecuencias de una escalada militar o política en torno a la República Bolivariana de Venezuela, señalando que tal acción «podría generar consecuencias imprevisibles para el hemisferio occidental».
La contundente declaración provino de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, quien expresó la «preocupación particular» de Moscú ante el tono y los pasajes dedicados a América Latina en la recién publicada Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (ENS), hecha pública el 5 de diciembre. Esta nueva doctrina, que prevé una revisión significativa de la política exterior estadounidense, parece reactivar, a ojos de Rusia, doctrinas de intervención del pasado.
Zajárova fue categórica al señalar que «La situación es especialmente preocupante en el contexto de la tensión que el Pentágono está generando deliberadamente en torno a Venezuela». La diplomática rusa vincula directamente la retórica del nuevo documento estratégico con las recientes acciones militares y declaraciones políticas de Washington dirigidas a Caracas.
En un llamado a la moderación y la diplomacia, la portavoz rusa expresó la esperanza de que el Gobierno estadounidense evite un «deslizamiento» que conduzca a un conflicto a gran escala en el Caribe. Para Moscú, cualquier intento de desestabilización forzada o intervención militar en Venezuela no solo pondría en riesgo la estabilidad regional, sino que también podría desencadenar una crisis migratoria, humanitaria y de seguridad que superaría las capacidades de contención de los países vecinos.
Washington Revive el «Gran Garrote» de Roosevelt, Según Rusia
La crítica de la Cancillería rusa no solo se centra en el riesgo inmediato, sino también en el marco ideológico que, según su análisis, sustenta la nueva política de Washington. Zajárova opinó que la nueva estrategia exterior de la Casa Blanca «se remonta a la época del presidente estadounidense Theodore Roosevelt» (1901-1909), aludiendo a la llamada Política del Gran Garrote (Big Stick Policy) y su Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe.
Esta doctrina del siglo XX proclamaba el derecho de Estados Unidos a invadir o intervenir en países de América Latina con el pretexto de «estabilizar la situación económica interna» y evitar que potencias europeas intervinieran. Al hacer esta comparación histórica, Rusia sugiere que la nueva ENS de Washington estaría sentando las bases para una agenda hegemónica e intervencionista en la región, ignorando la soberanía de los Estados.
El Gobierno ruso reitera su firme respaldo al principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados soberanos y su apoyo a una solución pacífica y negociada a la situación venezolana, instando a Estados Unidos a «abstenerse de acciones que exacerben innecesariamente la ya tensa situación regional». Moscú subraya que la vía del diálogo, respetando la Carta de las Naciones Unidas, es el único camino viable para garantizar la paz y la seguridad en el hemisferio.
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