En su primer discurso tras conocer el triunfo electoral, Santos también prometió «reformas profundas», así como «corregir y ajustar» todo lo que sea necesario al reconocer que en sus cuatro primeros años de gobierno han quedado «tareas pendientes».
«Sí se pudo, sí se pudo», gritaban los seguidores del presidente en la sede de campaña en el norte de Bogotá.
Santos había subido su apuesta pocos días antes de la elección, al anunciar el inicio de otras conversaciones exploratorias de paz con el más pequeño grupo rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN).
«Yo voté por la paz, el presidente es un hombre decente que ha demostrado otro forma de hacer política», dijo Wilmar Díaz, un relacionista público de 35 años.
Pero las dudas de muchos colombianos sobre la voluntad de la guerrilla de dejar las armas, que llevaron a Zuluaga -delfín político del ex presidente Alvaro Uribe- a vencer en la primera vuelta y a dar pelea en el balotaje, serán un desafío para el segundo mandato de Santos que comienza el 7 de agosto.