
El panorama político entre Estados Unidos y Colombia se intensifica a raíz de las recientes declaraciones del expresidente estadounidense, Donald Trump, dirigidas a su homólogo colombiano, Gustavo Petro. La fricción, centrada en el combate al narcotráfico y la soberanía nacional, escaló luego de que Trump fuera consultado por la estrategia militar en el Caribe.
Trump no dudó en emplear un lenguaje enérgico, sugiriendo que el presidente colombiano podría ser el «siguiente objetivo» si, a su juicio, no asume la responsabilidad por la producción de cocaína en el país. «Espero que me esté escuchando. Será el siguiente,» sentenció Trump, elevando el tono de la advertencia. A renglón seguido, el exmandatario aseveró que Petro «va a tener grandes problemas si no se da cuenta» de la significativa producción de drogas en Colombia.
Al ser consultado sobre si existía un diálogo directo con Petro, Trump admitió no haberle prestado mucha atención al asunto, argumentando que Petro «ha sido bastante hostil con Estados Unidos» y minimizando la importancia que le había dado al tráfico de drogas. Sin embargo, reiteró la amenaza: «Va a tener serios problemas si no se da cuenta.»
Petro defiende la soberanía: «despertará al jaguar»
El presidente Gustavo Petro, por su parte, ha reaccionado con firmeza a lo que considera intentos de desestabilizar la soberanía colombiana. Sus pronunciamientos han sido contundentes, utilizando metáforas que reflejan una postura inquebrantable ante la injerencia externa.
«No amenace nuestra soberanía, porque despertará al jaguar,» ha sido una de sus frases más resonantes, advirtiendo sobre las graves consecuencias de cualquier ataque a la autonomía de la nación. Igualmente, ha dejado claro que «Atacar nuestra soberanía es declarar guerra,» marcando una línea roja en la política exterior de su gobierno.
Cifras y contraataques en la política antidrogas
Petro es un defensor férreo de su propia política antidrogas, la cual, según sus datos, ha demostrado ser efectiva sin necesidad de acciones militares externas. El mandatario colombiano ha destacado su logro al afirmar: «sin misiles he destruido en mi gobierno 18.400 laboratorios. Venga conmigo y le enseño cómo se destruye un laboratorio cada 40 minutos.» Esta declaración no solo defiende su gestión, sino que también desafía el enfoque tradicional promovido por Estados Unidos.
El contexto de esta escalada incluye la previa «descertificación» de Colombia por parte del gobierno de Trump en la lucha contra las drogas, así como las sanciones impuestas a altos funcionarios del gobierno colombiano, incluyendo su inclusión en la temida «Lista Clinton» por el Departamento del Tesoro. Ante estos actos, Petro ha acusado directamente a Trump de calumnias y de intentar sembrar el caos en la región, profundizando la brecha diplomática y política entre ambas naciones.
La retórica beligerante de Trump y la respuesta categórica de Petro sitúan las relaciones bilaterales en un punto de alta tensión, con implicaciones significativas para la seguridad regional y la política antidrogas en el hemisferio.
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