
En un contexto de máxima tensión con Venezuela por la disputa territorial del Esequibo, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, ha calificado de “acto de terrorismo” un reciente ataque con explosivos en la capital guyanesa, que resultó en la muerte de una niña de seis años.
Sin embargo, en un delicado equilibrio político, el mandatario aprovechó su discurso ante la Fuerza de Defensa de Guyana para advertir firmemente a la población contra la generalización y el odio hacia la comunidad migrante venezolana.
Condena al «Intento de Desestabilización»
El ataque, perpetrado el domingo pasado contra una gasolinera Mobil en Georgetown, es investigado con el máximo rigor. De acuerdo con el presidente Ali, el incidente «presenta todas las características del terrorismo. Fue un intento de sembrar el miedo y el caos, de desestabilizar y de crear tensión”.
La Policía ha identificado al presunto autor como un ciudadano venezolano, supuestamente vinculado al grupo ‘R’ Sindicato en su país, quien habría ingresado ilegalmente a Guyana el mismo día del atentado. Las autoridades han anunciado que el acusado podría enfrentar cargos de terrorismo —delito que en Guyana es castigado con la pena de muerte—, además de asesinato e incendio provocado.
El Riesgo de la Generalización
A pesar de la gravedad del incidente y la procedencia del acusado, el presidente Ali fue enfático en su mensaje a la nación:
“No caigamos en la tentación de generalizar y meter a todos los inmigrantes en el mismo saco. El odio no es la respuesta al odio. El miedo no debe guiar nuestra política nacional”, subrayó el mandatario.
El Gobierno anunció el refuerzo de los controles y la aplicación estricta de la ley para garantizar que los extranjeros cumplan las normas del país, pero insistió en diferenciar la acción criminal de la población migrante que reside legalmente en Guyana.
Fondo de Tensión Regional
El ataque ocurre en un momento álgido de las relaciones bilaterales, exacerbadas por la disputa sobre la región rica en petróleo y recursos del Esequibo. Las recientes acciones de Caracas, que incluyen la realización de un referéndum para la anexión y el nombramiento de un gobernador para el territorio, han elevado el conflicto diplomático a niveles de máxima preocupación regional.
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