El 2013 para algunos, se perfilaba como el año del inicio de una transición política, cualesquiera fuesen los resultados del 7 de octubre y 16 de diciembre de 2012. Sin embargo, el triunfo indiscutible del Oficialismo, en ambos comicios, ha generado la certeza del afianzamiento del proyecto político del Gobierno, en medio de una situación de profunda incertidumbre sobre el desarrollo de dicho proceso político. Este es el análisis de la profesora María Isabel Puerta, politóloga de la Universidad de Carabobo.
Escenario del Oficialismo
En el Oficialismo la convocatoria a Elecciones Internas del PSUV tiene varias lecturas: la primera es la necesidad de aplicar medidas democráticas a lo interno del chavismo, cuando se conoce la incomodidad y malestar que generan algunas decisiones de carácter político en la base (recordemos las candidaturas de algunas Gobernaciones, y el rechazo que estas despertaron en el electorado chavista). Esta consulta interna tiene como propósito garantizar decisiones «democráticas» en la escogencia de los candidatos. En segundo lugar, las condiciones para la elegibilidad de los aspirantes en los comicios locales, en representación del PSUV, representan serias limitaciones para algunos que tienen tiempo asomando su candidatura y otros que no tanto, que bajo estas condiciones, quedarían excluidos. En tercer lugar, el anuncio de estas elecciones internas, cuando las elecciones municipales han sido fijadas para el 14 de julio, se entiende que ha sido la razón para el cambio de fecha, lo que pudiera señalar la necesidad de tiempo para organizar la diámica interna del partido de Gobierno.
Escenario de la Oposición
Los resultados electorales del 7 de octubre y 16 de diciembre de 2012 dejaron a la Oposición en una situación comprometida, de altísima volatilidad y, por lo tanto muy vulnerable. La muy diversa Unidad Democrática ha estado bajo el escrutinio de los radicales que quieren un discurso más agresivo, los moderados que se desmarcan de los radicales y los escépticos que dudan de toda posibilidad de triunfo por la falta de confianza institucional en el mecanismo electoral. Este escenario de división opositora se refleja, ciertamente, en las dudas que unos abrigan sobre las posibilidades de triunfo en los comicios municipales, mientras que otros sectores más optimistas consideran que un cambio de estrategia podría devolverle la confianza al electorado con unos cuantos triunfos. Sin embargo, lo que genera discusiones en este momento es la posibilidad de unas elecciones municipales con candidatos que tienen debilidades en sus candidaturas, aun cuando hayan sido escogidos en Primarias o por Consenso. En ese sentido, es necesario revisar los casos que tengan alguna vulnerabilidad comprobada: lejos de parecer débiles, demostraría fortaleza en cuanto al compromiso opositor de obtener algunas victorias en estas elecciones.
Redacción DiarioRepublica.com